Esta semana en la serie de entrevistas a empresas destacadas en el marco del Plan de Digitalización en Honduras, nos acompaña Lindolfo Girón, el gerente administrativo de Café Finca Las Quebradas.

Lindolfo no sólo es un incansable caficultor y empresario soñador en el occidente de Honduras, sino que a través de la historia de crecimiento de su negocio nos comparte cómo es posible ver oportunidades durante las malas rachas y el valor que tiene la amistad y el trabajo en redes en el éxito de los pequeños empresarios.

Café Finca Las Quebradas no es sólo una trayectoria lógica de evolución de unos productores locales del buen café hondureño, sino también son un recordatorio en sí mismos de que la escucha activa es la mejor fuente de inspiración para arriesgarse a triunfar. Pero mejor dejemos que sea el propio Lindolfo quien nos cuente su historia.

 

PREGUNTA. Bienvenido Lindolfo y Café Finca Las Quebradas a nuestra entrevista semanal como empresa destacada. Nos gustaría empezar por conocer ¿Cómo nació este emprendimiento y que los llevó a querer tener su propio negocio?

Lindolfo Giron Gerente general Finca las Quebradas.

RESPUESTA. Muchas gracias por la oportunidad. Nosotros iniciamos como cualquier otro caficultor con una finca de 16 manzanas. Empezamos cosechando el café y vendiéndolo a las exportadoras y a los beneficios locales de nuestra comunidad. Lastimosamente los precios del café en Honduras han bajado de una forma exagerada. 

Sin embargo, siempre teníamos en casa granos de nuestra mejor cosecha para consumo propio. Cuando nos visitaba la familia o amigos, les ofrecíamos de nuestro café. La gente lo probaba y le gustaba mucho, los amigos empezaron a decirnos que estaba muy rico y que dónde lo comprábamos y empezaron a pedirnos más datos. Vimos que la aceptación de la gente era bastante buena y siempre nos preguntaban o nos pedían más. Nosotros respondíamos que era el café que nosotros mismos producimos en la finca. Entonces fue así como surge la idea de empezar a hacerlo de manera procesada.

 

P. Empezaron entonces porque vieron una oportunidad, durante una mala situación económica.

R. Sí, nos motivaron dos cosas: La primera, la devaluación en el precio del café y la segunda al ver la gran aceptación de la gente, pensamos que era buena idea abrir nuestro propio negocio. Y así formamos lo que hoy en día es Café finca Las Quebradas.

Lo más importante es que al yo venderlo de esta manera, gano más que vendiéndolo a una exportadora. Si yo lo vendo en grano y voy a un beneficio, como hacen todos los cafetaleros, aunque el café sea muy bueno, me compran el quintal o la carga en el precio que ya está establecido por ellos. Cuando yo proceso mi propio café, ofrezco mi producto al precio que yo decido. Así, tengo más libertad e independencia para poner mis precios. 

También es cierto que me demoro un poco más en venderlo, porque tengo que ir abriendo mercado. No es lo mismo que yo lleve cien quintales a un beneficio, a que yo tenga que vender en menos cantidades a los negocios. En un principio vimos la oportunidad y hoy por hoy, sabemos que fue la mejor decisión. A la larga mis ingresos son mucho mejores.

 

P. Allí también vemos que un emprendedor tiene que tomar riesgos, sobre todo en un principio. Sin duda, este fue un gran reto ¿Pero qué otros retos han tenido en este camino de emprendimiento?

R. Uno de los retos más grandes ha sido la competencia, porque estamos en una zona cafetalera. Estamos en el occidente de Honduras que se caracteriza por ser una zona propicia para el rubro. Cuando el precio del café cayó mundialmente, muchos productores de la zona optaron por procesar su propio café y venderlo.

A raíz de la devaluación, aquí en Honduras surgió un boom del café procesado. Sin embargo, con tanta competencia nos vimos obligados a darle la mejor calidad posible a nuestro café. Competimos por calidad. 

En el camino hemos ido trabajando otros aspectos, como por ejemplo, la presentación. Actualmente nuestra presentación es muy bonita y llamativa. Pero lógicamente lo que nos va a mantener no es la imagen, sino la calidad del café.

La calidad tiene que ser siempre la mejor, porque es lo que nos va a mantener de pie. El café es un producto muy delicado y aquí tenemos un mercado muy exigente, con un paladar que reconoce de inmediato la buena calidad.

 

Lineas de Presentacion

P. Todo este camino recorrido ¿Cuánto tiempo tiene ya la Finca Las Quebradas, y cuántos son?

R. Son ya tres años consolidados como empresa en el rubro, pero tenemos más años con la finca. Como empleados permanente somos cinco personas, pero en la época de la cosecha contratamos mucha más mano de obra. Por ejemplo, contratamos cerca de 20 o 25 personas como cortadores, que se encargan de cortar los granos. El trabajo principal dura aproximadamente entre noviembre y marzo cuando recogemos la cosecha, pero los volvemos a contratar entre tres o cuatro veces al año para otros procesos en la finca (abonar, fumigar, limpiar la cosecha, etc.). Así que solemos ser muchos por acá.

 

P. Wow Lindolfo, enhorabuena por ese crecimiento. Y cuéntanos, ¿Qué tipos de productos generan en Café Finca Las Quebradas, porque he visto que tienen varios tipos de café?

R. El café tiene distintos tipos de procesos, y de ellos dependen nuestras presentaciones. Por ejemplo, el más básico es el lavado. Consiste en cortar el café, despulparlo, lavarlo y requintarlo, una vez requintado, ya se puede trillar. Se llama lavado porque al despulparlo y quitarle la cáscara se le quita una especie de miel al café y queda «lavado».

Tenemos otro producto que responde a otro proceso: el melado. En este caso solo se despulpa pero no se lava el café, lo dejamos con la miel y así mismo lo ponemos a secar en la secadora solar. Esto hace que el café tome un gusto más dulce y más fuerte. 

También tenemos el proceso natural, donde se selecciona el grano muy maduro -cuando está ‘rojito’- [explica Lindolfo sonriente, intentando explicar didácticamente todos los procesos del secado del café]. Éste no lo despulpamos ni nada, sino que lo lanzamos a secar en grano entero, hasta que se exprime completamente, similar a cómo se seca la uva. Con este proceso, el grano absorbe todos los nutrientes del café, y hace que el producto sea de mayor calidad. 

La diferencia en cuanto a presentaciones y precios es que el secado del café lavado toma cerca de 15 días, mientras que el natural puede llevar hasta 30 días. Y al momento de trillarlo, requiere mucho más trabajo que el café lavado, porque su cáscara está mucho más adherida al grano. De allí que el café lavado tiene un precio y el café melado o el natural tengan otro mayor.

Además de estas tres presentaciones, también vendemos café directamente en grano. Suele ser de venta exclusiva para cafeterías, porque por lo general ellas tienen tu propio molino. Yo les vendo el grano ya tostado para que lo muelan a su gusto. Aunque en ocasiones también lo vendemos al público general en grano, ya que hay muchas personas que tienen sus propios molinos pequeños en casa.

 

Escuchar a las amistades ha sido decisivo para el negocio

 

P. ¿Y qué hay de esos otros productos, como las carteras hechas de bolsas recicladas de café que también venden en Finca Las Quebradas? Son productos novedosos y aún poco comunes en el rubro, pero no menos interesantes para los clientes, en un momento donde hablar de economía circular es tan importante, ¿No?

R. Sí, con las bolsas recicladas del café estamos haciendo monederos para damas, billeteras para caballeros y otras cositas. Estos productos surgieron porque tenemos un amigo que trabaja haciendo artículos y carteras de cuero. Un día nos preguntó por qué no hacíamos billeteras con las bolsas recicladas. Le contesté que no podíamos porque no sabíamos cómo hacerlo, pero nos dijo que él sí sabía y que nos ayudaba. «Tráiganme las bolsas y vamos a ver». Así lo hicimos, le llevamos las bolsas recicladas y nos hizo todos esos productos de billeteras y carteras. Un trabajo bellísimo que yo no tenía idea que pudiésemos hacer. Nos ha sorprendido mucho y a la gente le ha gustado mucho.

 

P. Pues es un gran ejemplo de las ideas maravillosas que tienen los emprendedores y que contribuyen con la economía circular y la sostenibilidad del negocio. Reusar, reducir, reciclar, y usar los desechos de nuestros propios procesos de producción en otros productos implica sentar un paso muy valioso en la sostenibilidad y la responsabilidad social del negocio. 

Por lo visto ustedes han estado escuchando activamente a sus amistades y éstos han sido un apoyo importante para Café Finca Las Quebradas.

R. Sí, las cosas se han ido dando de una manera muy bonita. Creo que las amistades han jugado un papel muy importante en nuestra empresa. Inicialmente quien primero nos compra, son nuestros amigos, a quienes les gustaba mucho el sabor de nuestro café y fueron regando la voz de que teníamos un producto de muy buena calidad. Luego, con el tema de la imagen y la presentación, los amigos también participaron.

Iniciamos vendiendo el café en una bolsa negra estándar y mandábamos a hacer unas viñetas aparte y se las pegábamos.

Un día fui a ofrecerle café a un amigo que tenía una tienda naturista y él me dijo: oye Lindolfo, ¿ Por qué vendes el café así tan simple, en esta bolsa tan fea?  Yo le respondí que no sabía dónde adquirir un nuevo empaque, a lo que me contestó que él tenía una amiga que trabajaba en una empresa que hacía bolsas para diferentes tipos de productos, incluido el café. Decidimos hablar con ella y efectivamente nos ayudó. 

La empresa de bolsas tenía sus propios diseñadores y la chica me dijo que si comprábamos las bolsas con ellos, el diseño nos lo hacían gratis. Así que fue la oportunidad perfecta. La verdad quedamos muy sorprendidos y felices. Nos pareció un trabajo muy bonito.

Y como ese caso, en nuestro camino se han cruzado muchos amigos que nos han ayudado a lograr nuestros objetivos poco a poquito.

 

P. He allí, el poder de las redes y la importancia de buscar apoyo en nuestros clientes más cercanos que son nuestros conocidos. Aprovechamos entonces para preguntarte ¿Cuándo empezaron a querer ir un paso más allá en dar a conocer su negocio e iniciaron su proceso de digitalización? ¿Cómo y por qué decidieron tener presencia en Internet y adentrarse en otras ventanas digitales?

Café Finca las Quebradas, prontamente en el mercado del territorio nacional.

R. Estar en Internet es muy importante, me permite dar a conocer nuestro producto sin necesidad de moverme o ir hasta el lugar y nos permite empezar a ser conocidos en distintas regiones del mundo. A través de internet puedo explicarle a la gente qué vendo, cómo lo vendo, la calidad de lo que vendo, dónde lo produzco dónde lo distribuyo todo esto sin necesidad de estar personalmente allí.

Las redes sociales, por su parte, han sido fundamentales para nosotros. Yo soy de los que constantemente estoy subiendo información e imágenes. A través de ellas ahora puedo llegar a cualquier parte del mundo y no precisamente en masa para vender. A veces es más importante darse a conocer. 

Por ejemplo, la página web que tenemos con Kolau yo sé que nos va a abrir muchas puertas en otros países. Todos los días trabajamos en abrir nuevos puntos de distribución porque ahora yo le vendo a los supermercados, a las bodegas, a mini-mercaditos y tengo muchos más clientes directos que antes de estar en Internet.

 

Nunca nos imaginamos llegar a donde hemos llegado.

 

P. Sin duda, es fundamental apostar por estos procesos de digitalización. Pero Lindolfo, cuéntanos ¿Cómo te relacionas y fidelizas con todos estos clientes nuevos que mencionas?

R. Bueno, ellos principalmente me distribuyen. Yo les coloco un exhibidor gratuito (de 12 libras de café) con las distintas presentaciones de nuestros productos y luego voy surtiéndoles, cada 15 o 20 días, a medida que van vendiendo la mercancía. Si requieren que les surta antes, pues paso a llevarles lo que necesitan. 

Actualmente tengo alrededor de 100 distribuidores en diferentes zonas. Cubrimos cerca de seis departamentos de Honduras. Principalmente aquí en occidente y en la parte norte. También, y gracias a un misionero de la iglesia a la que yo asisto, hemos podido ingresar en el mercado norteamericano.

Ahora vendemos en Carolina del Sur en Estados Unidos. Y a través de otro amigo, también estamos entrando a vender café en Nueva Jersey y en Nueva York. Claro, no vendemos en grandes cantidades pero estamos ingresando en esos mercados poco a poco. 

Carolina del Sur es un mercado importante para nosotros porque ya les estamos vendiendo 700 libras al año [enfatiza muy orgulloso]. Sabemos que es muy poca cantidad comparado con empresas establecidas o multinacionales, pero para ser un país tan exigente, sentimos que vamos muy bien con la aceptación y la oportunidad que estamos teniendo.

 

P. Y con tantos logros en tan poco tiempo, como empresa ya consolidada, con un producto de buena calidad y una presentación que les gusta, ya dando esos primeros pasos de internacionalización ¿Qué consejos les podrías dar a otros emprendedores que apenas sueñan con llegar a donde están ustedes?

Café Finca las Quebradas

R. Lo primero es que tenemos que ser persistentes, tenemos que ser visionarios, no podemos darnos por vencidos a la primera, y  tenemos que seguir adelante.

Una anécdota, aquí en Honduras, la Cámara de comercio realiza un evento que se llama el Bazar del Sábado para que los emprendedores den a conocer los productos que realizan o producen, hagan una red de contacto, compartan experiencias y lecciones y puedan vender a otros mercados. Muchos compañeros, al no vender la primera o la segunda vez que van al Bazar, sienten que no vale la pena la inversión que se paga en la inscripción, pero lo que no entienden es que la idea principal de esos encuentros no es vender, sino darse a conocer y fortalecer los contactos con emprendedores de otras regiones o de otros rubros. 

La lección que yo veo aquí es que no hay que darse por vencido, porque si uno persiste, a lo mejor al principio nadie te compra, pero luego de que te conocen ya te llaman o te refieren a otros amigos y así es otra manera de ir contactando y consiguiendo nuevos clientes.

 

P. Lindolfo y viendo estos logros en perspectiva, ¿Cómo ves a Café Finca Las Quebradas en cinco años?

R. Pues creo que es una buena pregunta porque me permite contarte algo que nos enorgullece mucho. Cuándo empezamos a vender, nos tardábamos cerca de 3 meses en vender 300 libras.

Nosotros nos propusimos que para el 2020 teníamos que vender 1000 libras al mes. Afortunadamente ese objetivo ya lo logramos. Falta poquito para 2020, pero ya vendemos las mil libras mensuales.

Ahora hemos contratado a alguien para que me ayude con la pre-venta, porque sé que así venderemos más. En cinco años, nuestra meta más que verla en cantidades de venta, lo que queremos es abarcar todo el territorio nacional aquí en Honduras y ya estar vendiendo en gran parte de Estados Unidos.

 

P. Wow, un plan ambicioso pero visto lo hecho, creo que lo conseguirán. Ya para finalizar me gustaría preguntarte si podemos cerrar la entrevista compartiendo ¿Qué es lo que más disfrutas de trabajar en este emprendimiento y qué es lo que más te enorgullece?

Gerente General

R. Una gran satisfacción es haber logrado lo que nos hemos ido proponiendo. Por ejemplo, yo me propongo cada día una meta de venta, y aunque antes nos costaba mucho, ahora puedo vender 100 libras en un día y sólo me lleva 3 horas. Comparado con los tres meses que nos llevaba vender las 300 libras, es todo un logro.

Sin embargo, lo que más orgullo me da es saber que todo lo que hemos conseguido y dónde estamos ahora lo debemos a que no nos hemos dado por vencidos. Siempre hemos tratado de dar lo mejor de nosotros, y de nuestros productos; y la mayor satisfacción es ver que ese esfuerzo ahora nos ha dado grandes frutos. Nunca nos imaginamos llegar a donde hemos llegado.

 

La historia de Café Finca Las Quebradas nos ha paseado por la ilusión y el arduo trabajo de caficultores del occidente de Honduras, la degustación y aroma de los distintos procesos de secado y tratamiento del grano, la conquista de la adversidad de la mano de amigos y redes de apoyo, pero sobre todo nos ha inspirado a evaluar qué tan abiertos estamos como emprendedores a preguntar, a arriesgarnos y a medir cada una de las metas alcanzadas.

El dicho popular reza que soñar no cuesta nada. Sin embargo, Lindolfo nos demuestra en esta entrevista que el costo de soñar es directamente proporcional a la satisfacción que sentimos al convertir esos sueños en realidad, y más aún, al sacrificio y esfuerzo requeridos. En Honduras y el resto del mundo, la interacción digital permite a MiPymes exitosas dar grandes saltos en su propia historia de crecimiento.

 


Cada semana, destacamos una empresa de Honduras, en el marco del Plan de Digitalización MIPYME, cuya trayectoria, logros y experiencia son una inspiración para todos nosotros. Es un honor y un privilegio poder acercar estas grandes historias y aprender de ellas.