Los idiomas son fundamentales para la comunicación humana. Gracias a ellos, es más fácil compartir ideas, sentimientos o información. Por ejemplo, ahora mismo estás leyendo este texto y lo entiendes muy bien, ya que dominas el español. Pero, ¿y si estuviera escrito en francés, portugués, inglés o árabe? Si no has estudiado esas lenguas, lo más probable es que no podrías comprenderlo.
En un mundo globalizado, donde ya no necesitas viajar para conocer nuevas culturas o relacionarte con gente de otros países, a veces el idioma puede ser una barrera. ¿Qué hacer si, de manera urgente, necesitas comprender un texto en mandarín o italiano? ¿Y si debes presentar un documento legal en inglés?
Sebastián Moya vio esas necesidades y quiso ayudar a la gente a cubrirlas. Por ello, fundó Austral Traducciones, nuestra empresa destacada de la semana en el Plan de Digitalización MIPYME en Chile. Este emprendimiento ofrece varios servicios lingüísticos (traducción, subtitulación, transcripción y revisión) en inglés, español, portugués, francés o cualquier idioma que sus clientes requieran.
Sebastián nos brindó un poco de su tiempo para contarnos más acerca de su trabajo.
PREGUNTA: Hola, Sebastián, gracias por atendernos. ¿Nos podrías compartir cómo empezó tu empresa?
RESPUESTA: Todo nació hace aproximadamente 7 años, cuando daba clases en una empresa. En ese lugar, mis alumnos me solicitaban que hiciera mucha interpretación o traducciones. Yo les decía que no, pues en ese momento no trabajaba ese aspecto. Pero me di cuenta de que existía una necesidad en ese campo, al menos aquí en la región donde vivo (Región de Magallanes y de la Antártica Chilena).
Así que comencé a investigar sobre los precios, el mercado y cuánto cobraban las plataformas de freelancers. Me convencí de que yo podía formar un equipo y solucionar las necesidades que tenían las personas. Por otro lado, no solamente había trabajado para empresas, sino también en áreas de educación. Entonces, lo que hice fue fusionar ambos aspectos.
En el plano educativo realizo proyectos, por ejemplo, subtitulo los trabajos que hago con mis alumnos. Una vez fui de viaje con unos chicos de Turismo y grabamos en distintos lugares de la Isla de Chiloé. Ellos lo trabajaron en inglés y luego yo lo subtitulé al español. A veces, el dinero que gano con las traducciones lo invierto en proyectos de educación que tengan que ver con innovación y, sobre todo, con el área de colaboración, la cual me gusta más.
P: ¿Nos puedes decir qué hace diferente a tu empresa?
R: Lo primero que me dicen mis clientes es que la atención que les brindo es muy buena, muy personalizada. Yo me tomo el tiempo de conocer a la persona, saber qué necesita; realmente investigo para poder darle una cotización con muchas opciones. Por lo general, las otras empresas siempre piden a grandes rasgos la información. Yo llamo al cliente y le pregunto lo que necesita.
Por dar un ejemplo, hace poco me pidieron traducir certificados para enviarlos a Estados Unidos. La persona no sabía qué hacer o cómo homologar las notas desde Chile a EE. UU. Así que me tomé el tiempo de investigar y darle diferentes opciones. Al final, pude hacer la traducción.
Ahora, esa persona está en Estados Unidos y ya pudo concretar su trámite. Estuve 24 horas pendiente de ella, incluso conversé con su mamá y su papá. Los tres estuvimos en contacto y logramos solucionar el problema de manera muy rápida.
Por otro lado, una persona me pidió una traducción de español a árabe. Tuve que investigar muy bien sobre el tema, incluido todo el trámite legal con las embajadas. Le pude entregar toda la información a la clienta y ella sintió que la atendí tan bien que se quedó trabajando conmigo. Hoy, seguimos con ese proceso.
Apoyo proyectos sociales, educativos o artísticos que sean sin fines de lucro.
P: ¿Tienes algún tipo de oficina física o trabajas solo vía digital?
R: Por el momento, mi oficina es virtual. Tengo la página web de Kolau y otra por mi cuenta. Estoy también en plataformas de freelancers, como Freelancer.com y Workana. Ahí armo los equipos de trabajo.
P: ¿Cuántas traducciones atiendes por semana o mes, por dar un lapso?
R: Como mencioné, yo normalmente trabajo por equipos, por lo cual las traducciones salen más rápido (aspecto que también me diferencia de otras empresas). Claro que eso no significa que el trabajo sea de mala calidad. Un solo traductor puede traducir entre 2,500 y 3,000 palabras por día. Actualmente traduzco más de 100,000 palabras por año solo de inglés a español.
P: De todos los tipos de documentos en los que trabajas, ¿cuál es el más difícil de traducir? ¿Alguno te lleva más tiempo que el resto?
R: Los manuales técnicos son los que más lleva tiempo traducir, pues hay que encontrar gente que tenga experiencia en el área y en lo lingüístico. Por ejemplo, si me toca traducir manuales de seguridad de una empresa de etanol, y hay muchos conceptos y tecnicismos propios de ese tipo de ingeniería, entonces debo encontrar a la persona exacta para hacer ese trabajo.
Además, hay que hacer un estudio de las palabras clave y empezar a adquirir práctica con la empresa para que, a medida que se vaya avanzando con el contenido, el trabajo sea más rápido. No todas las profesiones usan los mismos cuerpos lingüísticos.
Así pues, lo más difícil de traducir es cualquier área técnica, como minería, ingeniería o química. De ahí ya vienen traducciones generales, como certificados, cartas, páginas web, copywriting, blogs, etc.
P: De los idiomas que hasta el momento te ha tocado traducir, ¿cuál ha sido el más complejo, ya sea por la lengua en sí o por todo el proceso que has tenido que realizar para entregar tu trabajo?
R: Todos los idiomas son complejos, todo depende del propósito de la traducción. La cuestión es que hay un trabajo en el mundo de la traducción que se llama “localización”. Este consiste en querer pasar una idea al lenguaje de otra cultura. También le llaman “transcreación”.
Eso a veces se complica mucho porque, por ejemplo, si una publicidad quiere transmitir una idea, hay que encontrar el homólogo en la cultura a la cual se va a traducir. Esa parte lleva mucha investigación, uno tiene que encontrar a una persona que sea de esa cultura, en especial si se va a trabajar con registros informales. Dependiendo del registro, siempre lleva una complejidad tener que traducir.
Por mencionar un caso, he subtitulado series en inglés a español, pero a “español chileno”; y les pasa a las agencias de subtitulación que no encuentran gente que pueda traducir porque dichas series vienen con mucho registro informal. Entonces, solo un chileno podría hacerlo.
Ahora, con los idiomas que no son romances (como los orientales), uno ya necesita que esté el traductor específico de dicha lengua y el corrector. La persona que recibe el documento también debe hacer un escaneo y generalmente eso lleva una complejidad. Como yo no manejo ese idioma en particular, tiene que pasar por más revisiones.
Tengo certificación C1 en inglés y B1 en portugués.
P: ¿Tu empresa tiene redes sociales?
R: Sí, estoy aprendiendo ahora a utilizar Facebook, Instagram y Twitter. Esta última no mucho la uso, pero voy poco a poco.
P: En el tiempo que has utilizado estas plataformas, ¿has notado si alguna de ellas te ha ayudado a atraer más clientes?
R: Hasta ahora a mí me ha resultado más buscar a los clientes por mi cuenta, a través de plataformas en las que se solicita trabajo. El marketing de boca en boca también me ha ayudado bastante. En tercer lugar ya pondría el marketing digital. Claro, este último no es por el momento mi proveedor número uno de clientes, pues estoy aprendiendo a usarlo.
Ahora estoy utilizando Google Ads con Kolau, pero más allá de eso, estoy en pañales en relación con las redes sociales y el marketing digital. Eso sí, ya me voy dando cuenta, poco a poco, de algunas palabras clave que busca la gente, en dónde y a qué mercado puedo apuntar más.
P: Además de las redes sociales, ¿tienes pensado implementar alguna estrategia de marketing?
R: Por supuesto, mi idea es seguir trabajando con la página de Kolau y ver los resultados. En AdWords tienen información que te van compartiendo; por ejemplo, de qué hora a qué hora la gente dio clic en tu página, cuántas impresiones dio, si tu palabra clave funcionó, etc. Entonces, uno ya se va adaptando y dando cuenta de a qué sector específico se puede dirigir y eso es justamente lo que yo voy descubriendo.
P: Desde que empezaste, seguramente has notado que tu empresa ha crecido. ¿Nos podrías compartir cómo has percibido ese crecimiento?
R: Llevo 7 años haciendo esto y el crecimiento ha estado influido por el tiempo que yo le he invertido a la empresa. Al principio, daba más clases, así que tenía menos tiempo para promocionarme e investigar. Ahora, ya no imparto tantos cursos y me dedico más a mi negocio.
Gracias a ello, empecé a buscar más clientes y a publicitarme en diferentes páginas. Así he conocido los precios y necesidades del mercado. Conforme he ido entendiendo esos espacios, he ido creciendo. Lo que yo busco ahora es aprender sobre marketing digital para empezar a captar más clientes.
P: ¿Has encontrado obstáculos en el camino? ¿Qué has hecho para no rendirte?
R: Uno de los obstáculos más grandes es el tiempo. Aquí en Chile, como en cualquier parte de Latinoamérica, poder vivir del internet es complicado en un principio. Tienes que tener otro trabajo que te mantenga. Entonces mi idea es hacer esa transición entre un empleo y la web poco a poco.
Mi sueño es ser más digital, poder trabajar desde mi ordenador en cualquier parte del mundo y viajar; o por lo menos practicar una especie de seminomadismo. Entonces, ese sueño ha hecho que no me rinda.
Hoy sigo aprendiendo, fusionando cosas, viendo nuevos servicios para poder expandirme.
P: Si pudieras darles algún consejo a emprendedores o pequeños empresarios que están dando sus primeros pasos, ¿cuál sería? ¿Qué les recomendarías?
R: Primero, tienen que hacerse expertos de sí mismos. Tienen que saber qué les gusta, qué no, cuáles son sus habilidades, qué pueden aportar a los demás, etc. Ya sabiendo eso y qué idea los mueve, tienen que estudiar el mercado, encontrar un espacio donde puedan ayudar a esa gente que está necesitando de ellos y empezar a usar todas las herramientas que tiene internet, porque ahí hay mucho conocimiento a la mano.
Quizá no necesitan tanto dinero para empezar, sino simplemente hacerlo, aunque sea con un cliente. Lo importante es partir de algo, por muy pequeño que sea. Incluso si eso resulta ser errado, les puede servir para futuro. A veces uno se queda paralizado pensando mucho tiempo qué hacer.
Yo, por ejemplo, comencé al año con dos o tres traducciones y hoy hago diez, veinte o treinta veces más. Si me hubiese quedado esperando a captar millones de clientes o ser inmediatamente experto y famoso, me hubiese frustrado.
Esto puede tomar tiempo, hay que tener mucha paciencia. Pero lo importante es siempre seguir, ser perseverante. El sueño que tengan, la fuerza para conseguirlo y la paciencia los van a mantener mucho más tiempo en el camino del emprendimiento.
Desde antes de fundar su empresa, Sebastián ya sabía la importancia de los idiomas; después de todo, enseñaba a las personas a romper las barreras de la lengua. Sin embargo, se dio cuenta de que había otras necesidades que en su región no se estaban cubriendo. Así, este emprendedor fusionó sus dos grandes pasiones: la educación y ayudar a la gente.
A pesar de que su negocio ha crecido desde entonces, él es consciente de que aún queda mucho por aprender, no solo de lingüística, sino de sus clientes, ya que cada caso es único. Por ello, no se conforma ni se da por vencido ante los obstáculos que pueden aparecer día con día. Sin duda, su historia y motivación son un ejemplo a seguir.
Y recuerda, si alguna vez necesitas ayuda con alguna traducción, por muy corta o extensa que sea, no dudes en contactar a Sebastián. Él y su equipo sabrán cómo ayudarte por muy difícil que pueda parecer la situación.
Cada semana, destacamos una empresa de Chile, en el marco del Plan de Digitalización MIPYME, cuya trayectoria, logros y experiencia son una inspiración para todos nosotros. Es un honor y un privilegio poder acercar estas grandes historias y aprender de ellas.