La maternidad es una etapa de transformación, cambios y descubrimientos; cada mujer y cada familia la vive de forma diferente, dejando aprendizajes y recuerdos tan únicos como su propia experiencia. En el caso de Cecilia Fernández, una periodista de profesión residenciada en Puerto Montt, durante la dulce espera de su segundo hijo concibió también un proyecto único de cuadros y telares artesanales, con lanas nativas del sur de Chile, que entremezclan colores, texturas, tradiciones, juegos y sueños de una madre co-creando arte con sus niños.

“Cada cuadro es único”, nos cuenta Cecilia, porque es hecho a mano con lanas autóctonas directamente traídas de la Patagonia y responden a una selección de colores y materiales que va más allá de una agenda artística. “Mis hijos, de manera lúdica, van escogiendo conmigo qué materiales usamos en cada telar y cada cuadro que hago”.

Hebras de la Patagonia es el nombre que Cecilia le dio a su MIPYME y es nuestra empresa destacada de la semana en el marco del Plan de Digitalización MIPYME en Chile.

El proyecto empezó como un pasatiempo y un juego de lanas para su primer hijo, mientras su hermano estaba en el vientre, pero con el tiempo se ha convertido en una forma de acompañar y alegrar no solo a los hogares de los clientes que solicitan los originales cuadros de Cecilia, sino también como una forma de apoyar y visibilizar a las mujeres de la Patagonia chilena que trabajan la lana de forma tradicional.  

 

PREGUNTA: Hola Cecilia, qué gusto dar la bienvenida a Hebras de la Patagonia a nuestra serie de entrevistas de empresas destacadas en Chile. ¿Podrías contarnos cuál es la historia de tu emprendimiento y qué ofrece al público?

Hebras de la Patagonia. Cuadro tejido.RESPUESTA: Hola, gracias. La idea nace en la espera de mi segundo bebé. Yo tengo dos niños, uno de dos años y otro de uno. En mi segundo embarazo encontré que el tejer a telar era un pasatiempo que le gustaba a mi guagua en la guata [al bebé en el vientre materno]. Sentía que a él le gustaba eso y yo me sentía bien.

Así que empecé a averiguar cómo era el proceso del tejido, me compré un telar e hice unos cursos aquí en Puerto Montt sobre cómo hacer telares a cuadros, que finalmente fue a lo que me dediqué. Hay distintos tipos de telares; cubrecamas, para dormitorios, para cojines, para distintas cosas. 

Yo decidí decantarme por el cuadro telar, que implica además de tejer el telar, hacer el resto del cuadro. También lo pinto y hago texturas con una técnica de pintura [explica Cecilia, mientras muestra orgullosa algunas de las creaciones que tiene expuestas en su casa]. 

Las lanas son todas naturales de origen de la Patagonia, pintadas con hierbas naturales y al estilo tradicional por mujeres locales; en su mayoría de la Isla de Chiloé. Todo es natural, trato de que la cadena de la naturaleza sobreviva y no se pierda el esfuerzo de las mujeres de la Patagonia Chilena por recolectar estas lanas.

Además, en mis cuadros intento mezclar distintos tipos y grosores de lanas, porque las diferentes texturas representan el esfuerzo de cada mujer chilena de la Patagonia que se dedica a esto. Hay mucho trabajo detrás de cada insumo y es muy bonito. Quiero plasmar el esfuerzo y trabajo artesanal de estas mujeres que hacen lanas maravillosas con colores y hierbas de la naturaleza, rescatando la herencia de sus antepasados y generando conciencia.

 

Quiero plasmar el esfuerzo de las mujeres de la Patagonia.

 

P: Cecilia, entonces ¿Ya tienes dos años haciendo estos cuadros? ¿Cómo ha sido la transformación de un pasatiempo a un emprendimiento comercial?

R: Ha sido un proceso bonito de aprendizaje y acompañamiento. Mi hijo mayor, que tenía un año cuando empecé, jugaba con las lanas, mientras el bebé jugaba en la barriga. Fui acompañada por mis hijos. 

Yo hago el telar aquí en el taller -que está en mi casa- y ellos juegan con las lanas. Cuando tengo un encargo de algún cuadro, les pregunto cuál lana les gusta y ellos me la pasan, es un trabajo que hacemos en conjunto. Yo aprovecho para que jueguen, lo disfruten y sea entretenido ver a mamá que teje un telar a mano.

Después de hacer varios cuadros, descubrí que le gustaba mucho a la gente y así fue el comienzo de esta iniciativa. Familiares y amigos empezaron a pedirme proyectos para sus casas. Yo no lo hice con un afán de venderlos sino más bien con la intención de llevar la cultura e historia de las mujeres que tiñen las lanas en el sur de Chile hasta los hogares y tenerlas presente, por eso se llama Hebras de la Patagonia.

Ha sido una experiencia muy bonita porque a mucha gente le gustó la idea y me han hecho encargos desde varias partes de Chile. Yo lo hago con mucho cariño. Me suelen pedir telares en tonos de colores según la decoración de los hogares de los clientes, así que empecé a hacer trabajos de forma muy personalizada, cada telar es único según la persona que lo encarga.

 

P: Entonces con las peticiones, comenzó la idea comercial. Y hoy en día, ¿Cómo te das a conocer?

Hebras de la Patagonia. Tejido en telar.R: Hoy en día tengo que combinar el rol de mamá con este otro rol de emprendedora. Sin embargo, son pocas las herramientas que uno tiene para hacer la difusión que me gustaría, para potenciar la venta de los cuadros.  

Aprovecho las redes sociales para darme a conocer. Estoy en Facebook y en Instagram. Voy subiendo los trabajos que realizo y distintas cosas que tienen que ver con el proyecto y con el proceso de creación. 

Por ejemplo, si tengo los chupetes de los niños sobre mi trabajo, aprovecho y comparto esa imagen en las redes, porque me permite expresar que así es el proceso de los cuadros que yo hago. Para mí, cada telar está hecho con amor, con dedicación, con cariño pero también con esta ternura que tienen los niños, porque ellos son parte de cada telar. Yo soy la ejecutora, pero ellos están ahí inspirándome.

También tengo el boca a boca para darme a conocer. La mayor parte de lo que he vendido ha sido por referencias, pero también ha habido solicitudes interesantes por redes sociales.

 

Para mí es muy importante poder traspasar este conocimiento.

 

P: Digitalmente, ¿Compartir tu proceso de creación ha sido la estrategia que mejor te ha funcionado? 

R: Sí, voy subiendo imágenes de las distintas etapas de mis trabajos, hasta el resultado final.  Además, en alguna ocasión pagué en Facebook para promocionar un curso que iba a dictar. Tuve muchos interesados, pero se me enfermó uno de los niños y finalmente no lo pude hacer. Sigo con esa idea pendiente. 

Para mí es muy importante poder traspasar este conocimiento a otras personas, no solamente venderlo o regalarlo -porque también regalo muchos cuadros- [confiesa riendo]. A mí me pone muy contenta cuando la gente pone uno de mis cuadros en su casa y me recomiendan a las visitas; es como un reconocimiento.

 

P: Cecilia, y esa idea de formar a otros, viene dada también por la importancia que le das a la capacitación, ¿cierto? ¿Cómo ha sido el proceso de capacitación con Hebras de la Patagonia y qué tan importante crees que es para los emprendedores?

Hebras de la Patagonia. Cuadro tejido terminado.

R: Sí, he hecho muchas capacitaciones en distintas partes: en Puerto Varas, aquí en Puerto 

Montt. Esto uno lo va aprendiendo cada vez más. Gente que es experta en telar me ha enseñado y yo sé usar otras técnicas. Sin embargo, la única técnica que aplico hoy día es esta del telar en cuadro decorativo, porque fue a lo que me quise dedicar. A mi me gusta porque combina dos cosas que para mí son esenciales: uno, la madera que viene del bosque y es una parte del cuadro que también lo hace vivo, y dos, la lana que viene de los animales y de la tierra. Yo quise combinar estas dos esencias de la naturaleza.

Con respecto a la capacitación de los emprendedores, creo que es fundamental. Más aún en la situación que está pasando Chile, las pequeñas empresas están en una crisis tremenda, así que mientras uno más se pueda capacitar, siempre habrá cosas que aprender para ofrecer un mejor servicio y un mejor producto.

Yo ahora estoy tratando de aprender cómo hacer este mismo tipo de cuadros pero con espejos, porque me lo encargaron así. Es un reto, pero todo eso uno lo va adquiriendo con el tiempo y con la práctica, aunque por supuesto uno tiene que capacitarse siempre. Además, creo que es importante ir innovando, porque no se puede repetir siempre las cosas que ya sabes, la innovación también es muy importante para los emprendedores.

 

Emprender desde un lugar interno que te llene el espíritu.

 

P: Cecilia y con el tiempo que llevas haciendo esto, ¿Qué consejo les darías a quienes están empezando?

R: Yo creo que es importante que uno mismo esté convencido de que lo que quiere hacer se puede lograr. Y segundo, hay que hacerlo con mucha pasión y muchas ganas. Hay que buscar un objetivo en tu emprendimiento. Emprender desde un lugar interno que te llene el espíritu. Si no está ese cariño, es difícil salir adelante porque los emprendedores tenemos la cuesta arriba.

Hay muchas mujeres, como yo, que son profesionales y emprendedoras, y a la vez madres y sostén de hogar. Pero esto que hago nace más bien del corazón, de las ganas de aportar algo más a la sociedad. Ha sido muy satisfactorio hacer algo distinto, que no se aprende en la universidad, sino que se aprende con una técnica que alguien te enseña con cariño, y ese cariño se traspasa a lo que tú haces y entregas. Así como a mí me enseñaron a trabajar el telar con cariño, yo también lo quiero enseñar para que se siga difundiendo esta tradición en Chile.

Poner en valor lo que hacen las mujeres trabajadoras del campo que recolectan y tiñen las lanas, nos da un orgullo tremendo.

Conseguir la materia prima implica que hay mujeres del sur del país, de la Patagonia, que contactan conmigo o voy yo hasta la Isla de Chiloé. Las lanas vienen de distintos sectores de la Isla de Chiloé y es un gran placer ver tantas texturas, colores y mujeres haciendo materiales tan maravillosos.

 

 

P: Claro, ¡Qué interesante el trasfondo social, de igualdad de género, medioambiental y familiar de Hebras de la Patagonia! Cecilia, y con todo lo que este proyecto significa para ti, ¿Cómo lo visualizas en cinco años?

R: Yo visualizo un taller mucho más grande, ya que hoy en día solo tengo un taller en casa. Ojalá con unas diez mujeres como yo enamoradas de este trabajo y con una red de mujeres  de la Patagonia con las que colaboremos en este proceso. Mi idea a futuro es poder dar más trabajo y visibilidad a más mujeres del campo en la patagonia chilena. Mi sueño es que en cinco años estas mujeres sean reconocidas, valoradas y tengan una mejor calidad de vida.

Por otra parte, también es importante que esta iniciativa fortalezca los lazos familiares. En mi caso, el apoyo familiar de mi pareja y mis hijos ha sido clave para que esto continúe y siga adelante. Ojalá tenga buen puerto, aunque no dudo que va a ser así.

 

Lo maravilloso de Hebras de la Patagonia es que es un proyecto que ha logrado reunir en una MIPYME arte, maternidad, recreación, sororidad y tradición. De las manos de Cecilia y sus niños, este negocio cuenta historias, entre texturas y colores de la lana, de la creación artesanal del telar chileno y de las mujeres de la Isla de Chiloé en la Patagonia que trabajan la materia prima.

Un emprendimiento que apenas comienza y que sueña con formar a más artistas en el futuro, pero que, apuesta desde ya, por el sentir artístico y el apoyo social de su propietaria, demostrando que la unicidad de la maternidad siempre viene con contribuciones humanitarias y aprendizajes añadidos.

 


Cada semana, destacamos una empresa de Chile, en el marco del Plan de Digitalización MIPYME, cuya trayectoria, logros y experiencia son una inspiración para todos nosotros. Es un honor y un privilegio poder acercar estas grandes historias y aprender de ellas.