La llegada de un bebé cambia completamente la vida de una familia. No es ningún secreto que el pequeño necesita toda la atención y cuidados posibles, ya que para alguien de su edad los peligros están en todas partes, incluso en su cuna. Sin duda, los padres deben estar muy pendientes de esos detalles que a simple vista pueden parecer irrelevantes.
Mario Gutiérrez, un hombre dedicado a la fabricación de muebles desde hace décadas, conoce muy bien la importancia de esos aspectos. Él es consciente de que un bebé es un ser muy especial y que todo cuenta cuando se trata de su seguridad. Por ello, y al ver la demanda en el mercado, decidió fundar Mueblestilo, nuestra empresa destacada de la semana en el marco del Plan de Digitalización MIPYME en Chile.
Mario nos cuenta más acerca de su trabajo y cómo empezó todo. Su esposa Maritza lo acompaña, pues, según nos explican, a él se le dificulta escuchar debido a algunas secuelas que tantas horas en el taller le han dejado. Ella ha ayudado a Mario en la parte administrativa y contable desde mucho antes de que surgiera Mueblestilo. Así pues, Maritza es la otra responsable del negocio y también tiene mucho por compartir.
P: Hola, Mario y Maritza, muchas gracias por atendernos. ¿Nos pueden contar cómo nació su empresa?
R: (Mario) Tengo casi 30 años en el negocio de los muebles, pues desde joven trabajé en una empresa familiar junto con mis hermanos y mi padre. Como familia nos separamos, pero los comerciantes que nos ayudaban se vinieron conmigo.
Sin embargo, esos comerciantes se fueron con la crisis asiática de 1998. Así que me dediqué a estudiar emprendimiento y los procesos de la madera en la Universidad de Portales y en la Universidad de Santiago. Gracias a mis estudios, pude aprender a escuchar al cliente.
Por esa época, una persona nos trajo una foto para que le hiciéramos una cuna convertible. Unos siete meses después vino otro cliente y nos encargó un dormitorio para bebés. Ahí decidimos dedicarnos más a los muebles para los más pequeños del hogar. Igualmente, si alguien viene a pedir una silla o un comedor, lo hacemos. Yo soy mueblista clásico.
No basta con vender un producto, hay que entregar lo mejor que uno puede producir.
P: ¿Mueblestilo es negocio familiar o existe algún socio? ¿Tienen empleados que los ayuden con el trabajo?
R: (Mario) No, solo somos Maritza y yo. Ella sale a comprar los materiales y herramientas más pequeñas; yo voy cuando hay que elegir la madera. Mi esposa maneja el dinero y yo no lo veo (ambos se ríen). A veces, mis hijos me acompañan a hacer entregas los fines de semana. Ellos conducen el vehículo y me ayudan a armar los muebles en la casa u oficina del cliente.
(Martiza) Antes de eso, trabajábamos con algunas personas, pero tuvimos inconvenientes. A veces, dejaban las cosas mal hechas o se les iban algunos detalles. Entonces, decidimos trabajar solo nosotros.
P: En tu caso, Mario, ¿alguna vez trabajaste en otro sector que no tuviese relación con la madera?
R: Estudié Contabilidad y me gradué de contador. Por ello, trabajé en un banco en los años 70; pero a los tres meses me di cuenta de que no era para mí. La empresa me trataba muy bien, pero era un ambiente distinto al que yo estaba acostumbrado. Yo crecí en un taller donde los chistes estaban a la orden del día. Simplemente dije: “Ya no voy, no me gusta”.
Por otro lado, también estudié Pedagogía en Matemática en la Universidad de Chile, pero no terminé la carrera. Sin duda, mi vocación siempre ha estado en la madera.
P: Gracias, Mario, muy interesante. ¿Nos podrías contar cómo es el contacto entre tú y los clientes?
R: Normalmente, los clientes me contactan por internet. Yo indago en el trabajo que solicitan; es decir, si se trata de un mueble idéntico a otro que ya hice, si es un pedido personalizado, si lo quieren con un detalle específico, etc. Mi intención no solo es hacer un mueble, sino dar satisfacción a las personas. Por eso, les pregunto a los clientes con lujo de detalles.
Yo quiero que un cliente quede feliz con un mueble.
Si el mueble a mí no me parece adecuado o si considero que tiene algún defecto técnico, se lo comento al cliente. Un bebé no puede tener cualquier mueble, debe ser uno apropiado: con bordes redondeados, pinturas que no sean tóxicas, etc. De hecho, el eslogan que utilizo es: “Muebles especiales para un ser especial”.
Por ejemplo, hay cunas que tienen una baranda abatible y algunas personas me piden que las fabrique. Sin embargo, yo les hago ver los inconvenientes de esa baranda. Claro que da más acceso al bebé, pero tiene una división en medio que la convierte en una especie de escalera. Ese es un riesgo, pues los bebés suelen ser inquietos y cada día más inteligentes.
Al final, recibo los mejores comentarios de mis clientes cuando les entrego el producto. De hecho, las recomendaciones de las personas representan un 40% de mi clientela y hasta tengo lista de espera.
P: Sin duda, esos buenos comentarios ayudan. ¿Hay alguno en especial que les haya quedado grabado en el corazón?
R: (Maritza) Hace doce años y medio, uno de nuestros nietos ingresó al hospital y Mario le estaba haciendo un dormitorio a un cliente. Este último llamó para preguntar por su producto y yo estaba llorando. Me preguntó por qué lloraba y le expliqué que el bebé tenía 5 meses y que lo tenían entubado.
Este cliente, quien era piloto, me dijo: “Maritza, dígale a Mario que le voy a dejar un cheque en blanco”. Yo le di las gracias, pero no lo aceptamos. Fue una muy buena persona con nosotros y por eso siempre nos acordamos de él. Incluso, nos sigue comprando muebles.
P: ¿Nos podrían contar cuál consideran que ha sido el éxito de su negocio?
R: (Mario) La calidad de mi trabajo y la responsabilidad en la entrega. Por ejemplo, el año pasado sufrí una crisis de lumbago (dolor en la espalda baja) y ciática (dolor en la pierna), desde antes de la Navidad. Pero mi compromiso con los clientes me dio la fuerza para continuar y pude entregar los pedidos a tiempo.
Asimismo, soy diabético y el azúcar me subió hasta 500 mg/dl. Tuve que estar en urgencias, pero aún así trabajé. Gracias a Dios, ahora ya estoy descansando.
Desde niño aprendí que no hay pero que valga. Nada es imposible.
(Maritza) Gracias a esa calidad y responsabilidad, actualmente tenemos muebles en todo Chile, desde Arica hasta Punta Arenas. Incluso, nos han pedido muebles fuera del país, pero nosotros no hacemos envíos. Aunque sí ha habido clientes que se los han llevado por su propia cuenta.
Lo más lejos que hemos mandado algún producto ha sido a la Isla de Pascua. Esa vez, el cliente nos contactó y nos indicó dónde debíamos dejar el mueble acá en Santiago. Nosotros lo llevamos ahí, lo embalaron y el artículo se fue.
P: ¿Utilizan redes sociales para atraer clientes?
R: (Maritza) Sí, Mario constantemente sube fotos en Facebook, Twitter e Instagram. También usamos la página de Kolau y otro sitio web que tenemos. De todas ellas, Facebook es la más rentable, pues ahí se vende más. En Instagram, por ejemplo, mi esposo recibe muchos comentarios positivos de la gente, pero difícilmente se concreta una venta.
P: Además de redes sociales, ¿utilizan alguna otra estrategia de marketing, por ejemplo, repartir volantes o tener algún espacio en la radio?
R: (Maritza) Al principio sí, pero ya no. Cuando empezamos el taller, tuvimos que dar volantes para promocionarnos. Sin embargo, con los avances tecnológicos, Mario creó un sitio web y ya no tuvimos la necesidad de salir a repartir. Aunque no lo crean, él pasa mucho tiempo en internet. A pesar de que al principio ni sabía encender el ordenador, ahora lo revisa a cada rato, por si algún cliente le escribe.
Hoy, Mario se lo sabe todo (ambos se ríen). Lo malo es que no escucha mucho por todo el ruido de las máquinas con las que trabaja. Cuando él era joven, no se cuidó, nunca se puso tapones. Ya saben cómo es la juventud, uno piensa que nunca le va a pasar nada. Pero ya con los años, midió el peso de las cosas y empezó a cuidarse más. Ahora usa mascarillas, tapones y toda la protección necesaria.
P: Para finalizar, ¿podrían darles algún consejo a las personas que quieren fundar su empresa?
R: (Mario) Que se preocupen por el cliente. No basta con vender un producto, hay que entregar lo mejor que uno pueda producir.
Además, deben ser conscientes de que nadie lo sabe todo. Por ello, siempre deben estudiar, averiguar sobre el campo al que se dedican. Por ejemplo, yo leo todo lo referente a cunas en internet. Así, pude enterarme de que en Estados Unidos se eliminaron cinco tipos de cunas porque eran muy riesgosos. Gracias a eso, puedo darles consejos a mis clientes.
Entonces, la soberbia hay que dejarla por un lado. Deben escuchar al cliente para producir lo que él o ella necesita, no lo que los dueños del negocio quieran. A mí me pasaba con mis maestros, pues ellos me decían: “No, déjalo así, igual el cliente lo va a comprar”. Por supuesto que no, las personas están pagando por un servicio y hay que tener la disposición de entregarles lo mejor. Si se preocupan por los clientes, al final van a ser beneficiados.
Un bebé no es cualquier ser y, por ende, cuidarlo no siempre resulta tarea fácil. Debido a ello, Mario tiene un enorme compromiso cuando un cliente le pide algún mueble. Este artesano de la madera no entrega un producto a medias o hecho por compromiso. Él cuida cada detalle para entregar lo mejor de sí, no solo para los padres, sino para el pequeño del hogar.
Claro que todo ese trabajo y esfuerzo no serían lo mismo sin Maritza. Ella ha sido el apoyo principal de Mario, tanto en el taller como en la vida. Juntos, han logrado que Mueblestilo llegue a todo Chile e incluso a otras partes del mundo.
Si en algún momento necesitas un mueble para ese ser especial que acaba de llegar a tu vida, puedes contactar a Mario y a Martiza. Ellos, con gusto, te ofrecerán el mejor servicio y el mejor producto.
Cada semana, destacamos una empresa de Chile, en el marco del Plan de Digitalización MIPYME, cuya trayectoria, logros y experiencia son una inspiración para todos nosotros. Es un honor y un privilegio poder acercar estas grandes historias y aprender de ellas.