Con el avance de la tecnología, los medios audiovisuales están cada vez más presentes en nuestras vidas. Basta con echar un vistazo a cualquier red social para darse cuenta de que las fotos y los videos están por todas partes. Podríamos decir que todos los días, queramos o no, estamos expuestos a este tipo de material.
Y, de hecho, no tiene nada de malo, pues gracias a estos recursos podemos conocer personas, empresas, historias y lugares nuevos a diario. Podríamos incluso decir que los audiovisuales se han trasladado a nuestro bolsillo, gracias a la penetración de los smartphones, y ya forman parte de nuestra rutina.
Como aficionado al cine desde hace décadas, Wilson Sarria conoce muy bien el poder del video y la fotografía. Por ello, tras muchos años de experiencia en el rubro audiovisual, decidió fundar WD Cine Video, nuestra empresa destacada en el marco del Plan de Digitalización MIPYME en Colombia.
Este proyecto ofrece diferentes servicios de video y fotografía para que los negocios se den a conocer al mundo. Digamos que WD Cine Video les da la voz y la imagen para contar su propia historia. Pero mejor dejemos que el mismo Wilson nos dé más detalles.
PREGUNTA: Muchas gracias por tu tiempo, Wilson, es un honor conocer de primera mano tu trabajo. Cuando escuchamos el nombre de tu empresa, nos damos una idea de a qué se dedica. ¿Pero podrías explicarnos un poco más al respecto? ¿En qué consiste exactamente WD Cine Video?
RESPUESTA: Con gusto. WD Cine Video es una productora de audiovisuales con un rango de acción bastante amplio. Aunque hemos tenido una trayectoria muy variada a través del tiempo, actualmente, por la pandemia, estamos ofreciendo alternativas de soluciones audiovisuales, tanto de video como de fotografía, para que las empresas tengan una manera más adecuada de optimizar y presentarse en internet.
En otras palabras, trabajamos en el desarrollo de video corporativo para redes sociales y páginas web.
P: Es interesante, Wilson. Antes de que ocurriera la situación que mencionas, ¿qué otros servicios ofrecía tu emprendimiento?
R: Llevo casi 30 años trabajando en producción audiovisual y el enfoque con el que empecé fue hacer videos para trabajos universitarios. Después de eso me dediqué a los eventos sociales durante muchos años. A raíz de eso surgió el video corporativo, tanto para uso interno de las empresas como para mostrarlo al mundo. Con el tiempo me encaminé a ese esquema y ahora tenemos un “portafolio” de servicios bastante amplio para lo que el cliente necesite.
Ahora también estamos trabajando la publicidad argumental, por eso nos llamamos Cine Video. Es decir, a través de la actuación o la interpretación de actores mostramos las ventajas que tiene un producto, un servicio o una empresa. Esto lo seguiremos haciendo cuando primero Dios la coyuntura actual termine, pues es el enfoque que más hemos desarrollado en el último tiempo.
La otra actividad que hacemos es la capacitación para las empresas. Tratamos de enseñarles detalles muy puntuales de cómo tomar una fotografía, cómo grabar un audio, cómo hacer un guion, etc. La idea es que puedan tener un departamento audiovisual básico para que no estén dependiendo de otros en ese tipo de situaciones, las cuales no justifican invertir una gran cantidad de dinero.
P: Qué bueno que hayas logrado mantener la empresa a flote durante tanto tiempo. Para profundizar en los orígenes de WD Cine Video, ¿nos puedes contar qué te motivó a dedicarte a la rama de lo audiovisual? ¿Acaso te gustaba desde que eras niño?
R: Yo siempre he sido un narrador de historias. Me he puesto a analizar mi vida y me he dado cuenta de que relato historias desde que tuve la oportunidad. Pero si tuviera que señalar un inicio, sería en diciembre de 1984, cuando fui a ver una película al cine. Fue la primera vez que asistí solo, sin mis papás ni nadie más. Después de la función dije: “Yo quiero hacer esto, dirigir películas, contar historias en pantallas grandes y pequeñas”.
Desde ese día comencé mi camino: me puse a investigar, iba a la biblioteca, buscaba información en libros, etc. Después me gradué del colegio y busqué una carrera relacionada con el tema. En esa época, en Colombia era muy poca la oferta que había a nivel universitario, era más que todo técnico y tecnológico. Entonces me inscribí en Arco Artes de la Comunicación y comencé a estudiar.
Más adelante, un compañero de la universidad me dijo: “Acabo de asociarme a esta productora pequeña, ven y trabaja conmigo”. Desde ahí empecé a aplicar todos los conocimientos que había adquirido y a desarrollar el camino audiovisual.
P: Felicidades por haber logrado ese sueño que nació hace muchos años, Wilson. Acabas de mencionar que empezaste tu camino con un socio. ¿Actualmente sigues trabajando con él o hay otras personas que te ayuden con WD Cine Video?
R: Ese inicio fue en 1990 y obviamente la vida da muchas vueltas. Este compañero se fue a España, ahí se encuentra a la fecha; yo estuve tres años en su productora. A partir de ahí he estado con varias productoras, en producciones individuales y he ido adquiriendo los equipos necesarios para trabajar.
Respecto a esto último, la tecnología se mueve a pasos agigantados. Cuando yo comencé, se trabajaba con el análogo, con cámaras de ¾, VHS, etc. Hablamos de máquinas muy grandes y muy costosas, pero tuve que irme adaptando a la evolución tecnológica. Fui aprendiendo qué era la edición lineal, los efectos especiales, la edición de sonido, las cámaras digitales, las nuevas luces, etc.
Ese proceso de adaptación se vio favorecido porque siempre estaba en un lugar adecuado. Si terminaba en uno, me iba a otro. Además, durante mucho tiempo he trabajado como freelance, con mi propio equipo. Siempre he estado en activo y así se ha mantenido por mucho tiempo.
Actualmente hay un grupo de jóvenes que me ayuda. Ellos son o han sido estudiantes de audiovisuales, ya sea aquí en Colombia o en otros lados. También trabajo con mi hermano, quien tiene su propia productora. Cuando los proyectos son muy grandes y requieren una estructura más compleja, nos unimos.
Estoy enamorado de lo que hago.
P: Siempre es bueno contar con apoyo. Wilson, dijiste que ya llevas muchos años en tu trabajo y que has presenciado la evolución de la tecnología. ¿Cómo has percibido ese cambio y de qué forma sientes que ha influido en tu rubro?
R: La tecnología ha sido muy favorable por varios factores. Primero, la calidad de imagen es ahora mucho mejor. Cuando comencé, la calidad de la televisión era lo que llamamos “estándar”, tenía pocos píxeles. Claro, en esa época no nos dábamos cuenta, pero hoy podemos compararlo con el 4K o el 8K y decimos: “¡Vaya!, sí que ha evolucionado”.
El otro aspecto positivo es que la tecnología se ha vuelto más accesible. En aquella época, una cámara, si la ubicamos con el valor monetario actual, costaba alrededor de 30 o 50 millones de pesos colombianos (entre US$8,000 y US$14,000). Era muy difícil que una persona pudiera comprarla. Ahora, con una pequeña inversión uno puede tener un ordenador y acceder a un equipo de edición extraordinario.
Digamos que lo único que no ha sido muy positivo es que, por esa misma accesibilidad, mucha gente cree que ya domina el lenguaje audiovisual solo por tener una cámara en mano o un teléfono móvil. Algunas empresas o emprendedores toman sus fotos y creen que están bien, pero no se dan cuenta de que la calidad se nota.
Yo relaciono esto con la medicina. El hecho de que tenga medicamentos a la mano no me permite hacer una operación a corazón abierto. Necesito muchos años de estudio y experiencia. Es exactamente igual con los medios audiovisuales. Tener una herramienta no significa que ya sea un experto. Puedo cometer errores que perjudiquen a mi empresa económicamente.
P: Gran analogía, Wilson. Hablando un poco más a fondo de tus servicios, ¿nos podrías contar sobre el proceso de comunicación con tus clientes? ¿Cuál es el siguiente paso después de que ellos contacten contigo?
R: Si tú vas a construir una casa, puedes cometer el error de levantar las paredes y después darte cuenta de que la luz natural no entra bien, que no hay agua o que el sistema eléctrico quedó mal. Es decir, si empiezas a construir sobre la marcha, sin pensar ni diseñar nada, el resultado va a ser inapropiado.
Partiendo de esa base, las personas nos pueden encontrar gracias a la página web de Kolau y en redes sociales. Sin importar el medio, siempre les vamos a preguntar qué quieren y qué necesitan. Nosotros hacemos una investigación, al igual que la mayoría de empresas de audiovisuales; pero una de las ventajas es que nos gusta sentir y experimentar de primera mano la necesidad de la persona o empresa.
En estos momentos de pandemia, hacemos reuniones virtuales o les pedimos a los clientes que nos envíen fotografías o la mayor cantidad de información de lo que necesitan. Después de que tenemos una idea general, visitamos el lugar, pues tenemos que hacer algunas tomas. Desde el principio queremos que la gente se sienta cómoda con lo que le estamos ofreciendo a nivel de tecnología, propuesta, mensaje y producto final.
Otra ventaja de nuestras propuestas es que siempre tomamos en cuenta el presupuesto del cliente. Sabemos que una producción audiovisual es una inversión grande y queremos que la gente se sienta cómoda al invertir, sea mucho o poco, y que el resultado sea lo mejor posible.
Después de que el cliente ve la propuesta y la aprueba, desarrollamos un guion literario (con voces en off y música, por lo general). Se lo mostramos a la persona o empresa y con su visto bueno hacemos un montaje de audio para que vea cómo se escuchará su producto final. Posteriormente elaboramos un guion técnico y hacemos la filmación.
Nos encargamos de que el mensaje sea lo más longevo posible. Si el cliente va a hacer un cambio de voz o de música en 5 años, tratamos de que la idea principal no cambie. Claro, después de más tiempo sí es necesario que todos los mensajes audiovisuales se actualicen, ya que los lenguajes cambian.
El producto final siempre será con la mejor calidad posible.
P: Es un gran proceso y un gran trabajo, Wilson. ¿Aproximadamente en cuánto tiempo terminas tu labor, desde que el cliente te contrata hasta que le entregas el producto final?
R: Generalmente son entre 15 y 20 días hábiles, con el proceso normal de investigación, desarrollo y aprobación de guion, plan de filmación, posproducción, corrección de material y entrega del producto.
Claro, todo eso dependerá del video, pues hay algunos que no se llevan a cabo en una sola ubicación (ciudad o set), sino en varias. Entre más complejo el video, vamos a necesitar más tiempo. Hay producciones que pueden llevar entre 20 y 30 días, o incluso entre 45 y 60 días.
Hace muchos años, un cliente nos dijo: “Necesito un video de 3 minutos que muestre mi fábrica, pero lo necesito dentro de 3 días”. Nosotros aceptamos esa vez. Obviamente los costos suben un poco porque decimos que es una misión de 24 horas al estilo Jack Bauer (personaje de la serie 24).
En estos casos, miramos qué necesita el cliente y en cuánto tiempo. Si no podemos hacer el trabajo que pide, se lo decimos y le ofrecemos otras soluciones. Nos comprometemos y siempre lo logramos. Eso sí, siempre le aconsejamos al cliente tener una fecha límite de 20 o 25 días.
P: Gracias por esa aclaración, Wilson. Hablando ahora de publicidad, hace un momento mencionaste que tienes redes sociales. ¿Puedes contarnos de qué forma las utilizas para promocionar a WD Cine Video?
R: Comenzamos el 2020 bajo un esquema, teníamos otros planes en mente, pero la pandemia alteró el flujo, hizo que muchas cosas cambiaran. Cuando se presentó el aislamiento, no pudimos seguir trabajando en varios proyectos; algunos clientes cancelaron y a otros apenas les hemos entregado el trabajo. Incluso hay proyectos por los cuales no nos han pagado aún.
Pero con el tiempo nos hemos comunicado con los clientes para decirles “vamos a continuar los proyectos”. Hemos ido buscando opciones porque ellos ahora necesitan mostrarse más por las redes sociales. Por ello, tratamos de fidelizar a quienes habíamos dejado pendientes para que tengan sus videos. A raíz de eso queremos cambiar un poco la estrategia de mercadeo, que la gente conozca opciones económicas y de buena calidad.
A pesar de esos obstáculos, normalmente en Instagram comparto fotos de algún proceso de filmación o de algún trabajo que hayamos hecho. Por otro lado, tenemos la página web para que la gente vea lo que hacemos y, si le interesa, se comunique con nosotros. Y en cuanto a Facebook, ahí mostramos información de las ventajas que actualmente obtiene uno al manejar videos y fotografías de muy buena calidad.
Por ahora nos enfocamos en esto porque apenas se están reabriendo las posibilidades de salir a grabar, pues no podíamos hacerlo anteriormente por la contingencia. De hecho, a raíz de esa situación mucha gente quedó con miedo o aún no ha vuelto a su empresa. Hemos tenido que cambiar los conceptos que se tenían originalmente y ahora los estamos haciendo de una manera nueva.
P: Nos llama la atención que durante la entrevista has mencionado varios momentos difíciles, empezando por la pandemia. ¿Qué te ha motivado a seguir adelante a pesar de esas circunstancias?
R: Como mencioné, también damos capacitaciones a las personas o empresas. A veces, durante esas actividades, algunos dicen que es muy difícil. Pero yo les digo que es como todo en la vida. Vienen momentos que son muy difíciles en los que la única manera de sostenerte es si estás enamorado de lo que haces.
En mi caso, incluso desde antes de aquel lejano 1984 sabía que me gustaba. Me demoré en conseguir una cámara, pero cuando lo hice supe más que nunca que mi deseo era contar historias a través de imágenes en movimiento. Entonces, lo que me sostiene en los momentos difíciles es que estoy enamorado de lo que hago y a cada cosa que hago le pongo ese amor.
De hecho, ahora que se dio el confinamiento, la gente se ha sentado a ver películas o escuchar música. Ahí es donde está el arte que nosotros hacemos. Esas historias fueron las que ayudaron a mucha gente a pasar los momentos difíciles. Hablo incluso de los libros. Yo también escribo, he publicado una obra y estoy trabajando para publicar otra. Cuento historias y eso enamora. Lo que me encanta es que esas historias quedan guardadas para siempre.
Todas esas cosas y logros me hacen decir: “Lo que estoy haciendo me alimenta, me llena de energía”. Hace que valga la pena pasar por esos momentos difíciles, pero solamente funciona si estás enamorado de lo que haces. Por ello, nunca me he sentido defraudado ni he pensado que elegí el lugar equivocado. He pasado momentos muy complejos, pero al final dice uno: “No me doy por vencido”.
Seguimos adelante para que la gente nos encuentre, se arriesgue y diga ‘fue una inversión buena’.
P: Por supuesto Wilson, la perseverancia y el amor por lo que uno hace son la clave para seguir adelante. Ahora ya conocemos el presente y el pasado de WD Cine Video, pero nos gustaría adentrarnos en el futuro. ¿Cómo visualizas tu empresa dentro de algunos años?
R: Esta situación del virus hizo que me replanteara muchas cosas a nivel personal y empresarial. Me di cuenta de que muchas veces uno da vueltas y no toma riesgos. Entonces, en estos momentos estamos pensando en ser más agresivos para llevar la cultura audiovisual a la mayor cantidad de gente posible.
En Colombia hay varias productoras que trabajan con compañías grandes y hacen un buen trabajo. Pero sus costos no están cerca de las pymes que no tienen cómo pagar por publicidad. Por ello, hemos diseñado muchas estrategias para los negocios pequeños. Queremos convertirnos en ese referente audiovisual del pequeño empresario que quiere invertir en piezas gráficas de alta calidad a un precio cómodo.
En el lado del cine, al principio yo estaba solo, así que me puse a filmar una serie web y la saqué al aire. Fue una producción muy sencilla, pero pienso que si pude hacerlo por mi cuenta, podemos hacer más cortometrajes cuando la situación se normalice.
Vamos a viajar a los pueblos a hacer videos con la gente, a buscar las historias que el país tiene para ofrecer. La intención es mostrar el turismo o la tradición de los pueblos, pero a través de la ficción argumental. Queremos llevar el cine colombiano a un nuevo nivel, dejar a un lado la violencia o el narcotráfico. Sí, son problemas que están ahí, pero Colombia tiene mucho que vale la pena contar.
P: Esperamos que puedan cumplir esos sueños, Wilson. Ya para terminar la entrevista, nos gustaría que compartieras un poco de tu sabiduría con nuestros lectores. ¿Hay algún consejo que les puedas dar a las personas que quieren iniciar un negocio?
R: Empezar un emprendimiento en cualquier momento no es fácil y eso es lo primero con lo que uno debe empezar. No va a dar frutos en dos segundos, no va a ser rápido. Porque muchas personas tienen ese inconveniente. Creen que una vez que consiguen el dinero ya mañana van a salir con su negocio y en un mes ya estarán bien.
No, hay que poner los pies en la tierra antes de empezar. Deben tener metas claras, muy concisas y ser positivos al 100%. Si no se dan por vencidos, llegarán a la meta que se hayan propuesto.
Por otro lado, hay una cosa que para el emprendedor es muy importante, pero que usualmente no se toma en cuenta: no nos hemos educado financieramente. Entonces, si yo voy a empezar un emprendimiento o ya tengo uno, debo asesorarme muy bien a nivel de finanzas.
Otro aspecto importante es que el emprendimiento tenga una imagen bien diseñada. El nombre, el logo, el eslogan y todos esos elementos gráficos son vitales. Deben asesorarse bien con un diseñador gráfico. No es algo económico, pero todas las empresas sólidas necesitan una muy buena imagen corporativa.
En este momento que dependemos mucho del internet, la gente nos va a encontrar a través de las redes sociales o de las páginas web. Entonces, los elementos que vea van a definir si confía en nosotros. Si hay algún fondo mal hecho o un color poco atractivo, buscará a alguien más.
En resumen, si tienes un emprendimiento, debes tener las metas claras, asesoría financiera y conocimientos a nivel de imagen. Que el mundo te diferencie del resto y que tu marca sea más llamativa depende de que manejes bien estos elementos.
Wilson es un ejemplo vivo de un soñador de éxito, que ha logrado materializar sus sueños. Desde que supo cuál era su pasión, hace más de treinta años, no descansó hasta vivir de ello. Ni siquiera las pocas oportunidades que en su momento había en Colombia lo alejaron de su objetivo. Si no hubiese sido así, muchas historias que este emprendedor ha contado a través de su cámara quizá seguirían en el silencio.
Y la historia más importante que Wilson ha podido contar aún no tiene fin: la suya propia. Aún queda mucho por grabar y editar para completar el éxito que aquel muchacho soñador visualizó en un cine de Colombia en 1984.
Cada semana, destacamos una empresa de Colombia, en el marco del Plan de Digitalización MIPYME, cuya trayectoria, logros y experiencia son una inspiración para todos nosotros. Es un honor y un privilegio poder acercar estas grandes historias y aprender de ellas.