Un café con sabor a “abrazo de mamá”, “beso del abuelo” o “charla con mi vecina”. Un café que representa el sentimiento y la memoria de una comunidad que se resiste a abandonar los cafetales y que apuesta por su subsistencia a través del tiempo en Santa Rosa, Guatemala. Un café que vaya más allá de lo comercial y logre transmitir un “sentimiento de pertenencia”, ése es el objetivo del emprendimiento de Flor Duarte y su familia.

Café Don Vicente, un homenaje al abuelo que ya no está, pero que les transmitió a padres, nietos y vecinos que todos “son parte de la tierra que cosecha cada grano” es nuestra Empresa Destacada de la semana en el marco del Plan de Digitalización MIPYME en Guatemala.

Flor creció entre los cafetales y la ciudad, pero confiesa que con los años – y sobre todo después de perder a su abuelo Vicente, quien dedicó su vida a la región más alta de Ayarza en Santa Rosa -, ha decidido que quiere dejar una huella en esa comunidad y promover el crecimiento de las familias y trabajadores que siguen entregando sus horas y corazones a cultivar café.

Aunque aún están “en pañales”, como dice Flor, la empresa de la familia apuesta por digitalizar sus ventas y su marketing para acercar la tecnología a la comunidad de caficultores -a través de la venta en línea de lo que producen- y al mismo tiempo, traer un poco de la vida en esta comunidad a las redes sociales. Los Duarte sueñan con dejar huella y quizás poder construir una escuela en un futuro.

 

PREGUNTA: Hola Flor, es un gusto recibir a Café Don Vicente como empresa destacada de la semana en Guatemala. ¿Nos cuentas la historia del emprendimiento y qué están ofreciendo al mercado?

Café Don Vicente. Familia.
Flor Duarte y su familia.

RESPUESTA: Somos una familia de productores con más de diez años cultivando productos agrícolas en la región más alta de Ayarza, en el departamento de Santa Rosa.

Hace años mi mamá se vino para la ciudad, pero siempre dejó sus cosechas de café allá. Lo habíamos usado para consumo propio, pero de pronto, la gente empezó a preguntar acerca del café porque les gustaba. Entonces decidimos iniciar este emprendimiento familiar y sacar nuestro café ya como una marca.

El año pasado lo oficializamos con patente, empezamos a empacar para el comercio y afortunadamente hemos tenido buena aceptación. Ya tenemos clientes que nos piden nuestro café recurrentemente. 

 

Debemos dar lo mejor de nosotros a la comunidad,
en honor a Don Vicente.

 

P: Es decir que cosechando con la familia tienen más de una década, pero la empresa como tal, surge apenas hace un año. ¿Y de dónde viene ese nombre? ¿Quién es Don Vicente?

R: Sí, aún estamos en pañales y tratando de aprender. Sé que todavía nos queda un largo camino por recorrer, pero estamos muy emocionados por la aceptación de los clientes, y sobre todo porque fue la gente la que nos pedía y nos impulsaron a sacar la marca.

De momento tenemos a casi toda la familia trabajando en el emprendimiento, mi mamá, mi papá, mi esposo y yo. Del lado de la finca, tenemos al guardián, que no podía faltar, porque él es quien cuida todo y tenemos también a las personas que nos ayudan a cortar, poner los fertilizantes, y hacer todos los procesos cuando es época de cosecha. También tenemos a nuestro agrónomo, que nos ayuda a ver que todo vaya bien con la siembra.

Con respecto al nombre, es una historia que a mí me gusta mucho. 

Nuestros cultivos están en la parte más alta de Santa Rosa y allí la comunidad carece de muchas cosas. Sin embargo, Don Vicente -que es mi abuelo- tenía bastantes tierras en el lugar y era muy conocido en la región, no sólo porque era apegado a sus tierras sino porque quiso muchísimo a la gente y siempre trataba de ayudar a todos en todo lo que podía.

Por ejemplo, donó parte de sus tierras para hacer la iglesia y otra parte para que otros caficultores cultivaran sus productos. Se ganó el cariño de la gente. Y aunque mi abuelo falleció, nos quedamos el resto de la familia y todos estamos tan convencidos como él de que tenemos que dar lo mejor de nosotros a esa comunidad en honor a Don Vicente.

 

P: Qué linda historia la que precede a la empresa y que honra la memoria de un abuelo comprometido con una comunidad necesitada. Flor, y una vez que se ponen manos a la obra y deciden empezar con este negocio, ¿Cómo lo dan a conocer? ¿Cómo publicitan sus productos?

Café Don Vicente. Producto.
Packaging de Café Don Vicente.

R: Bueno, de momento todavía estamos en línea, somos una tienda virtual, tenemos página web, redes sociales y más que nada nos hemos dado a conocer por referencia.

Empezamos con un cliente grande, una empresa que nos empezó a pedir café, ellos nos refirieron a otros clientes y así nos hemos ido dando a conocer. Estamos muy agradecidos porque los clientes han aceptado muy bien el café y han ido regando de boca en boca que estamos abiertos.

Durante el próximo año esperamos lograr mejor posicionamiento y que nos conozcan más a través de las redes sociales. Yo veo que las personas nos están buscando, compartiendo y aceptando mucho por ahí.

 

P: ¿Cómo ha sido ese uso de las redes sociales que nos mencionas? ¿Qué es lo que mejor les ha funcionado en las plataformas digitales y por qué?

R: Me he dado cuenta de que, sobre todo la generación Z y hasta incluso los millennials ya movemos gran parte de nuestra vida por redes sociales. A veces, por falta de tiempo o por las múltiples ocupaciones que tenemos, movemos todo a través de estas plataformas.

Nos enteramos de qué está pasando en el mundo y a nuestro alrededor gracias a las redes sociales. Por ejemplo, a mí me han ayudado muchísimo tanto las redes sociales como el correo electrónico. Para la empresa son vitales, porque a través de Facebook que es el que más usamos, podemos mostrar todo lo que hacemos, especialmente en fotos y videos. Es como llevar un poco de la comunidad a los clientes y viceversa.

Además, compartimos la información de las ferias, cursos, congresos a los que asistimos y también podemos mostrar personas que están en lugares lejanos, cómo son nuestras instalaciones, la finca, los cultivos y todo lo que amamos de nuestra privilegiada tierra.

Por ejemplo, cuando estamos en las ferias, si hay una entidad conocida yo la busco, la confirmo, la etiqueto y comento. Entonces, inclusive personas ajenas que no tienen nada que ver con Café Don Vicente, nos conocen. Ese tipo de estrategias nos han ayudado muchísimo porque muchas personas siguen a estas empresas grandes y a través de ellas ganamos algunos seguidores nuevos.

 

Es un café que tiene aroma y sabor a familia.

 

P: Claro, esa ventana digital les permite asomarse a nuevos mundos y empezar con buen pie. Flor y ¿Qué crees que distingue y diferencia a Café Don Vicente de la competencia?

Café Don Vicente. Granos de café de altura.
Granos de café de altura.

R: Nuestro principal valor diferencial es que nosotros queremos darle historia y sentimiento a nuestro producto. Más que diferenciarnos por el sabor de nuestros granos, que son de gran calidad de café de altura, realmente queremos darlo a conocer como un sabor que tú compartes con las personas que más quieres.

No es un café que le vas a dar a cualquier persona [ríe con picardía pero con convicción] Nuestro café es para ofrecerlo y tomarlo con alguien que tú quieres mucho, tu mamá, tu papá, tus mejores amigos. Es un producto hecho para generar unión. 

A ver, no es un café que tomas en la sala, sino en la cocina mientras estás hablando con tu mamá y contándole cómo te fue en el día. Tiene aroma y sabor a familia.

 

P: [Risas] Claro, es que lo explicas claramente, porque lo que prevalece es ese componente emocional que quieren transmitir. Flor, y después de tener un año en este camino del emprendimiento, ¿cómo ha sido el proceso de capacitación y formación en el rubro?

R: Si te soy honesta, uno conoce de la tierra, pues porque uno se dedica a eso. Yo entendía del ph de la tierra que debe tener el café, pero realmente la capacitación que uno necesita es de otro tipo.

Hay que buscar ayuda de mentores en este camino de emprendimiento. Hacer cursos y talleres para aprender cómo mover la marca, cómo saber expresar nuestros valores o la propuesta valor de nuestro producto.

En mi caso, por ejemplo, yo tuve que aprender de finanzas, porque sabía lo básico, pero para llevar una empresa productiva, lo básico de repente no le sirve a uno de nada [confiesa entre risas].

Yo le agradezco mucho a las empresas que nos apoyan y nos aportan su granito de arena para capacitarnos, porque así empezamos a ver que sí hay entidades que creen en uno y uno no se siente solo.

 

P: Sí, a veces en el camino del emprendimiento es importante forjar estas redes y apoyos.

R: Claro, es increíble, mira que inclusive hasta para tomar o publicar una fotografía, uno tiene que tener conocimientos específicos de marketing.

Tenemos mucho conocimiento de producción de nuestra cosecha, que fue lo que realmente inició todo esto, pero el resto es una cadenita. Una estructura en la que uno se encuentra con todo tipo de exigencias, de administración, de marketing, de redes sociales, de empaquetamiento.

Para los pequeños empresarios a veces es demasiada información. Afortunadamente, las entidades que nos ayudan, nos guían en los pasos que debemos seguir para que nuestro emprendimiento alcance realmente los objetivos que nos hemos propuesto.

 

Café Don Vicente en la Expo AgroVisión.
Café Don Vicente participando en la Expo AgroVisión.

 

P: Claro, y aunque es verdad que  apenas están empezando, ¿qué consejos le darías a quienes están iniciando su emprendimiento?

R: Lo primero, definitivamente es que uno tiene que ser experto en lo que está haciendo y en todo lo que impacta el desarrollo del producto. Afuera hay mucha competencia y debemos tener algo que nos distinga del resto. 

Lo segundo es que hay que buscar apoyo. A veces, “uno cree que se las sabe todas”, pero no es cierto [entre risas]. Por muchos conocimientos que tengamos, si no contamos con el apoyo de entidades o inclusive de familiares que lo estén motivando a uno, costará más lograr los objetivos. 

Y lo tercero, yo diría que tengan mucho amor y mucha pasión. Uno inicia el emprendimiento sin saber realmente cuánto tiempo va a tomar. Podemos caer millones de veces, y habrá momentos en que querremos abandonarlo todo “porque no está funcionando”, pero debemos tener pasión para decir: “No, yo creo en mi producto, yo amo lo que hago y voy a seguir adelante”.

 

P: Flor y para cerrar la entrevista podrías compartir con nosotros ¿Cómo ves a Café Don Vicente en 5 años?

Café Don Vicente. Caficultores.R: Bueno, la verdad es que yo visualizo un proyecto grande. Uno de mis sueños, y es una meta clara que tenemos, es poder ayudar a la comunidad donde nos encontramos. Hay muchos agricultores pequeños, y aunque nosotros tenemos una gran cantidad de café para poder venderlo en los beneficios [lugares de procesamiento y comercialización], para mí, lo ideal sería llegar a tener tanta aceptación, que pudiéramos comprarle el café a todos los agricultores de nuestra comunidad y a través de nuestra marca darlos a conocer a todos ellos.

A todo el mundo le gusta una taza de café, pero no pensamos realmente quién está trabajando la tierra para que podamos degustar ese café.

Para nosotros la comunidad es súper importante, me encantaría ayudarlos. Por ejemplo construir la escuela, en la parte más alta de Ayarza en Santa Rosa todavía no tenemos una y hay que caminar una hora para ir a la escuela. 

Hay muchas personas que han tenido que emigrar, se han venido para la ciudad o han dejado de trabajar en las tierras porque ha parado ese amor por cultivar o porque realmente la cosecha no les está dejando dinero. Yo quiero que puedan continuar, que tengan otra oportunidad y quisiera ser esa persona que los impulse a seguir. Me gustaría que Café Don Vicente pueda ayudar a la comunidad a crecer. 

 

La historia de Café Don Vicente, negocio familiar de Flor, nos brinda una mirada nostálgica, pero a la vez proactiva, de los sentires que inspiran a muchos emprendedores. Ya sea con la intención de hacer crecer nuestra comunidad o con la convicción de seguir en pie desafiando retos y obstáculos del mercado, los motivos de los microempresarios les dan fuerza y estabilidad.

De la misma forma, Flor nos ha dejado interesantes tips sobre cómo un emprendimiento muy joven puede combinar efectivamente un plan de digitalización con herramientas de formación empresarial, procesos de producción tradicionales y, por qué no, consejos del abuelo.

 


Cada semana, destacamos una empresa de Guatemala, en el marco del Plan de Digitalización MIPYME, cuya trayectoria, logros y experiencia son una inspiración para todos nosotros. Es un honor y un privilegio poder acercar estas grandes historias y aprender de ellas.