Hace una década, Yoselin Escobar y su esposo Julián, ambos amantes de la cocina, decidieron aprovechar la oportunidad que les presentó la apertura de una nueva entrada de la universidad ITCA en Santa Tecla, frente a su casa, y se arriesgaron a abrir Le Bistro para satisfacer la demanda de nuevos comensales en la zona.
Un pequeño comedor para los alumnos del instituto que fue creciendo en clientes, en espacios, en oferta y sobre todo, en sueños y resultados de estos dos emprendedores salvadoreños. Al punto en que ambos, hoy chefs profesionales a cargo del negocio, han empezado a pensar en convertir a Le Bistro en un gran restaurante con múltiples sucursales.
Confiesan que no ha sido un camino fácil, pero con muchas herramientas de capacitación en gastronomía y negocios, de digitalización para llegar a su público de jóvenes comensales y con mucha pasión familiar por lo que hacen, han conseguido no sólo abrir, sino mantenerse durante todos estos años y seguir construyendo planes a futuro.
Dejemos que sea la propia chef Yoselin, la que nos presente y le ponga sabor a la historia de Le Bistro, nuestra Empresa Destacada de la Semana en la serie de entrevistas del Plan de Digitalización MIPYME en El Salvador.
PREGUNTA: Bienvenida Yoselin y Le Bistro como Empresa Destacada de la Semana en El Salvador. Empecemos por conocer ¿qué ofrecen en el negocio? y ¿quiénes lo conforman?
RESPUESTA: Hola, muchas gracias. Le Bistro nació hace diez años, en febrero de 2009. En líneas generales, se trata de un restaurante de comida rápida. Es un proyecto familiar, cuyo núcleo lo conforma mi esposo, mi hermana y dos empleadas.
Nuestro restaurante se encuentra en la 17 avenida norte 45, Santa Tecla, frente al ITCA. De allí que nuestros principales comensales son los estudiantes de gastronomía del instituto técnico industrial. Actualmente atendemos cerca de 150 alumnos del área de gastronomía, en horarios de 6am a 3pm.
Aunque empezamos pequeños en casa, ahora contamos con tres niveles para atención y servicio, área especial de fumadores, salas de estar y estudios.
Nuestro negocio no sólo nos benefició a nosotros, sino también a la zona.
P: Y cuéntanos, ¿cómo nació esta idea de emprendimiento? ¿Qué los motivó?
R: Pues Le Bistro nació prácticamente de forma espontánea [ríe al rememorar los inicios del camino]. Lo motivó la apertura del instituto, debido a que habilitaron una entrada frente a nuestra vivienda y eso facilitó que pensáramos en ofrecer nuestros servicios de comida a los estudiantes desde nuestra casa.
Transcurrido un tiempo, y al ver que teníamos buena aceptación y demanda, comenzamos a transformarlo en un restaurante que cumpliera con todos los requerimientos necesarios.
También vimos que debíamos cumplir con las expectativas de los comensales, tomando muy en cuenta que el 90% de los que nos visitan son estudiantes de gastronomía, por lo tanto, su exigencia es mayor.
Nuestra apertura no sólo nos benefició a nosotros, sino que también implicó una ayuda significativa para la zona y la universidad. Decidimos abrir por la alta demanda de estudiantes que necesitaban un lugar donde poder comer.
P: Claro, en su momento supieron ver la oportunidad y se arriesgaron. Y después de diez años en el mercado, ¿cómo logran fidelizar a sus clientes para que siempre vuelvan?
R: La verdad en cuanto a clientes hay de todo, pero, en general, como emprendedores en el rubro gastronómico sabemos que debemos tener mucha paciencia con todos los clientes.
Hay quienes son muy exigentes con lo que piden y hemos aprendido que debemos ser muy amables y pacientes al atenderlos. Queremos que los comensales tengan una buena experiencia y que vuelvan.
Hay lugares a los que uno va a comer, y aunque la comida sea buena, si la atención no es correcta, los clientes no querrán volver. Por ello, nos esmeramos no sólo en que la comida esté riquísima, sino también en que el lugar sea agradable y que la atención sea muy buena, para todos los que confían en nosotros.
Empezamos como todos los negocios, con pocos clientes. Pero poco a poco fuimos creciendo y estableciéndonos gracias a la calidad de la comida y a la buena atención que brindamos. Nosotros mismos, que somos los propietarios, lo atendemos.
Por esta razón los clientes vuelven y logramos fidelizarlos. Los clientes siempre nos dicen que no tienen ninguna queja y nos felicitan. Por ejemplo, con los estudiantes, ellos mismos han regado la voz entre sus amigos y compañeros del instituto. Y así es como hemos ido ganando más clientes.
Los clientes satisfechos vuelven y riegan la voz.
P: Yoselin, y ahora que nos comentas el tema de ir ganando más clientes, ¿cómo dan a conocer a Le Bistro más allá de los estudiantes de gastronomía del ITCA?
R: Actualmente se habla mucho del lugar y de nuestra comida. No ha sido tan fácil darnos a conocer más allá de nuestros comensales habituales, pero hoy día estamos utilizando redes sociales. Éstas junto a la página web que adquirimos por medio del programa de digitalización de MIPYMES, nos están ayudando mucho.
Como emprendedores aplaudimos este proyecto porque nos ayuda y nos beneficia con el mundo exterior, en el sentido de dar a conocer nuestro producto.
Además, los clientes que se van satisfechos por nuestra comida y el servicio recibido, no sólo vuelven, sino que también van regando la voz y eso ayuda a atraer nueva clientela.
P: Entonces, ¿crees que para las pymes es importante tener presencia en Internet y tener redes sociales activas?
R: Sí, sin duda. Consideramos de mucha importancia el uso de métodos digitales porque nos ayudan a promover nuestros servicios, compartir quiénes somos y qué hacemos.
Nosotros hemos visto un gran cambio desde que usamos las herramientas digitales. Usamos las redes principalmente para dar a conocer nuestro menú del día, o los combos, las promociones, pero también para relacionarnos en una forma más social con nuestros clientes.
Por ejemplo, como todos los años cambian los chicos de ciclo, les tomamos fotos disfrutando de nuestro local y luego las compartimos con ellos, así los nuevos estudiantes ven a los de antes o a sus amigos en nuestras publicaciones y comparten las experiencias y memorias de nuestro comedor.
También influye que nuestro público es bastante joven, así que ellos comparten mucho y se informan a través de las redes sociales. Aprovechamos de llegarles a través de ellas y que nos den algunos “me gusta”, nos comenten o nos refieran por allí también.
Queremos seguir preparándonos y profesionalizar un poco más nuestro rubro.
P: Yoselin, y con respecto a la formación continua, a tu modo de ver ¿qué tan importante es la capacitación en los emprendedores? ¿Cómo ha impactado a Le Bistro?
R: Considero de mucha importancia la formación tanto académica como profesional. La capacitación da un plus a nuestro proyecto. Aunque a mí siempre me ha gustado cocinar, con este negocio empecé y al principio me ayudaban. Luego fui sacando un curso de cocina y actualmente estoy graduándome como chef profesional en la Academia Panamericana de Arte Culinario APAC. Me gusta mucho lo que hago.
En cuanto a cocina, hemos aprendido mucho. Ahora tenemos entre nuestras metas transformar a Le Bistro formalmente en un restaurante, donde además de ofrecer la comida que ahora tenemos para nuestros clientes durante el día, también podamos ofrecer una carta de noche, para cenar y entretener a nuestros comensales.
Actualmente este sueño es uno de nuestros grandes retos. Queremos seguir preparándonos y profesionalizar un poco más nuestro rubro. Actualmente los platos que no son tradicionales los creo yo, con la experiencia, con lo que me han enseñado, pero también preguntando mucho.
Mi vida ha cambiado completamente. Antes por ejemplo no podía ni hacer una omelette, y mira todo el aprendizaje que he logrado. ¡Y todo lo que aún me falta! De hecho, salgo para España, el próximo junio, para realizar mis pasantías en el Hotel Casa del Lago en Calan Bosch, Menorca.
P: ¡Bravo! Felicitaciones. Un gran paso para expandir los horizontes, seguir aprendiendo y traer nuevas ideas para su proyecto, ¿no? Y ¿qué es lo que más disfrutas de la empresa?
R: Lo que más disfruto son las nuevas aventuras dentro del arte culinario, aprender más y aplicarlo a nuestro desarrollo de proyecto.
Además, me enorgullece mucho que a los clientes les gusta lo que hago y no se quejan de mi comida [entre risas continúa comentando], cuando veo un plato limpio me siento muy satisfecha.
P: Yoselin, y cuando el chef Julián y tú sueñan con el futuro de Le Bistro, ¿cómo se lo imaginan en cinco años?
R: Bueno, dentro de cinco años tenemos la expectativa de mucha publicidad para nuestro restaurante ya consolidado, así como la apertura de nuevas sucursales.
A mí me gustaría seguir creciendo y pasar de un negocio familiar a una gran marca, con la que podamos llegar a muchos países.
Yo quiero decir que empecé chiquita, pero que pude crecer mucho y convertirme en una gran chef. De hecho, mi sueño es poder obtener algún día una estrella Michelín.
Le Bistro nació para servir primordialmente a los exigentes jóvenes comensales que cursan estudios técnicos en gastronomía. Sin embargo, una década más tarde, gracias a la dedicación, paciencia, creatividad y sazón de la chef Yoselin Escobar y su equipo, este café aspira a convertirse muy pronto en un restaurante de referencia en comida fusión.
Son muchos los sueños y proyectos de estos emprendedores gastronómicos, pero por los momentos a Yoselin la espera Menorca en España, al chef Julián quedarse a cargo de los fogones, y los estudiantes del ITCA seguir disfrutando de la carta, apoyando y compartiendo los servicios de Le Bistro.
Cada semana, destacamos una empresa de El Salvador, en el marco del Plan de Digitalización MIPYME, cuya trayectoria, logros y experiencia son una inspiración para todos nosotros. Es un honor y un privilegio poder acercar estas grandes historias y aprender de ellas.