Para ocasiones especiales (cumpleaños, bodas, graduaciones, etc.), no puede faltar un buen pastel. Ya sea de chocolate, fresas con crema o tres leches, los invitados y el anfitrión lo agradecen y disfrutan. Sin embargo, a veces la celebración amerita un pastel con un diseño único. ¿Qué tal uno de superhéroes para los niños? ¿O uno con rosas para el Día de la Madre? Unos postres tan personalizados no se encuentran en cualquier pastelería.
Abbie Villalta, una chef repostera especializada, fusionó su pasión más grande con la necesidad de la gente de tener un pastel único en sus festejos. De esa manera, fundó Avi Diseño de Pasteles, nuestra empresa destacada de la semana en el marco del Plan de Digitalización MIPYME en Guatemala.
Esta emprendedora comenzó en la cocina de su casa, pero decidió ir más allá. Tras mucho esfuerzo y años de estudio, hoy les ofrece a sus clientes un servicio de calidad, pues transforma en realidad las ideas que ellos tengan. Abbie nos cuenta más detalles acerca de su negocio.
PREGUNTA: Hola, Abbie, muchas gracias por atendernos. Para entrar en calor con la entrevista, ¿podrías contarnos a qué se dedica exactamente tu empresa?
RESPUESTA: Nos dedicamos a la elaboración y diseño personalizado de pasteles, postres y aperitivos para eventos. Nosotros vemos qué quiere el cliente (incluso puede traernos una foto) y con gusto lo hacemos. Las modificaciones que la persona pueda pedir se van haciendo también; es decir, el producto se va personalizando según el gusto del cliente. Todo el proceso lo hacemos de cero: diseñamos, horneamos, preparamos y entregamos.
Además, a veces nos encargamos de eventos, ya sea cuidando los detalles o atendiendo a los comensales. Incluso servimos el pastel, pues en ocasiones la gente nos contrata porque no tiene tiempo o no puede.
P: Suena interesante el diseño de pasteles, Abbie. ¿Hubo algo que te motivó a fundar tu negocio y a dedicarte específicamente a la repostería?
R: La inspiración la tengo desde que mis hijos estaban pequeños, pues yo les hacía sus pasteles de cumpleaños. Luego, fui a unos cursos y talleres de chocolatería, galletería, moldeado de figuras en fondant, entre otros.
Sin embargo, cuando me divorcié, tuve la necesidad de sacar adelante a mis hijos y ayudarlos con sus estudios. Entonces, recibí clases en el Intecap. Al ver la satisfacción que sentía al preparar los postres y pasteles (y el arte que se necesita para hacerlo), ya no pude resistirme, así que me inscribí en las carreras técnicas de Panadería y Repostería Internacional.
En un principio, esas carreras eran para distraerme, pero al ver que mis amigas me decían que les hiciera algún producto, empecé el negocio. Eso fue hace cuatro o cinco años.
P: Antes de dedicarte a la repostería, ¿tuviste alguna otra profesión o trabajo?
R: Siempre fui ama de casa. Me gradué de Pedagogía en la Universidad Mariano Gálvez, me casé y tuve a mis hijos. Así que decidí dedicarme por completo a ellos. Aun así, he tenido varios emprendimientos a lo largo de los años.
Por ejemplo, yo solía hacer bisutería. De hecho, tengo una página que está en pausa y que se dedica a la elaboración de collares, pulseras y aretes con piedras finas y telas típicas. También horneaba pan en casa.
En resumen, siempre emprendí más de algún negocio, pero a nivel de casa para no dejar solos a mis hijos. Entonces hacía lo que surgiera: pasteles, chocolates, recuerdos, pan de banano, entre otros.
P: Con tantos postres deliciosos que ofreces, suponemos que siempre tienes más que algún pedido. Sin embargo, ¿hay alguna temporada de mayor demanda para Avi Diseño de Pasteles?
R: Sí, normalmente son las fiestas de fin de año. Antes, mi fuerte era hacer casas de chocolate, así que las preparaba para las empresas que querían regalarlas a sus empleados para esas fechas. Cuando ya me dediqué a la repostería, los zepelines y los cupcakes temáticos de Navidad pasaron a tener una gran demanda.
Por otro lado, durante el transcurso del año no hacemos muchos pasteles temáticos, pues a veces los pedidos de los clientes son muy personalizados y requiere tiempo poder prepararlos. Eso sí, ya tenemos clientes que siempre contratan nuestros servicios para los cumpleaños de sus hijos, para celebrar a su mamá, etc.
P: Parece que el diseño de pasteles es tu servicio estrella. ¿Nos puedes explicar cómo es el proceso de elaboración y entrega de los productos que diseñas?
R: La verdad, a veces nos hacen correr. Por ejemplo, un miércoles nos preguntan si podemos preparar un pastel para el sábado. Claro, ahí toca desvelarse. Pero lo ideal es cuando, un mes antes, los clientes nos mandan dos o tres fotos y nosotros vamos eligiendo detalles de cada una para diseñar lo que ellos nos piden.
Cuando ya decidieron el sabor, el relleno y la decoración, empezamos con nuestro trabajo. Aquí nos toca organizar los ingredientes, preparar el relleno del pastel, las mermeladas, cremas de mantequilla y el fondant.
Si las figuras que los clientes nos piden son muchas o muy elaboradas, lo ideal es trabajar con tiempo. Solo para dar una idea: hacer una rosa significa preparar el fondant, hacer los pétalos, dejar que estos se sequen y armar la flor. El secado a veces cuesta en ciertas temporadas por el frío o la humedad, por eso lo hacemos con tiempo, para que la figura quede bien seca.
Cuando se acerca la fecha de entrega, ya trabajamos en la preparación del pastel, el resanado y la decoración. Esta se hace un día antes para que el producto esté fresco. Por último, comienza la carrera para entregarlo.
Por eso, a veces el compromiso no es de un día para otro. Sí podemos hacerlo y nos esmeramos para que sea lo mejor posible; pero en ocasiones hay que decirle al cliente que su figura no estará lista en dos días. En esos casos, tenemos que hacer pequeños cambios para que la persona quede satisfecha.
Nos gusta ver la cara de las personas cuando les
entregamos el producto.
P: El proceso suena bastante largo y agotador. Cuéntanos, Abbie, ¿tienes a alguien que te ayude a realizar el trabajo?
R: Formalmente, solo estoy yo. Mis hijos, quienes han sido mi apoyo siempre, están conmigo para atender eventos. A veces, cuando hay mucha carga de trabajo, contrato a una amiga cercana que también tiene la habilidad para los diseños.
P: Nos has hablado con mucho detalle acerca de los productos y servicios que ofreces. Pero, ¿nos puedes decir qué te diferencia de la competencia? En otras palabras, ¿cómo convences a un cliente potencial de contratar tus servicios?
R: Lo que yo ofrezco es mi dedicación y mi tiempo. Si tengo mucho trabajo por hacer, prefiero decir que no a una propuesta para dedicarme por completo al cliente. Por ejemplo, una vez tuve que decirles que no a varias personas porque estaba enfocada en una boda.
Cuando alguien me contacta y me dice “sí, me quedo contigo”, mi teléfono está abierto las 24 horas. De hecho, he tenido clientes que me han mandado mensajes a medianoche o a las tres de la mañana.
Esa personalización y dedicación han mantenido a mis clientes, quienes año con año me piden sus pasteles, pues saben que me voy a esmerar para que salga lo que ellos quieren.
No se trata nada más de hornear un pastel, sino dedicarse a ello de corazón.
P: Vemos que tu empresa tiene presencia en redes sociales, ¿nos podrías contar qué tanto te funcionan para atraer y retener a tus clientes?
R: Para ser honesta, las recomendaciones de persona en persona son las que más me han ayudado a atraer clientes. Por su parte, las redes sociales me han servido más para retenerlos. En realidad, mis clientes antiguos son quienes me siguen en esas plataformas. Ahí, ellos pueden ver que estoy mejorando, que tengo nuevas técnicas, que hay novedades, etc. O ven algún diseño reciente que he hecho y me dicen: “Qué lindo ese, yo lo quiero”.
Considero que las redes, en la actualidad, son importantes para la imagen de la empresa. Eso sí, requiere tiempo estar tomando fotos, editarlas, ver cuál publicar, la hora, el día correcto, entre otros aspectos.
P: Aparte de las redes y las recomendaciones, ¿hay algún otro medio o canal que te sirva para relacionarte con los clientes?
R: Pues no, no he utilizado ningún otro medio. Hemos dejado volantes en el negocio de algún conocido y repartimos tarjetas de presentación cuando asistimos a eventos, pero nada más. Como dije, lo que más ha funcionado son las recomendaciones.
P: Abbie, pensando un poco en el futuro de tu empresa, ¿cómo visualizas a AVI dentro de unos años?
R: Me gustaría tener, a largo plazo, un quiosco o cafetería pequeña donde pueda vender mis productos. Quisiera que la gente conozca nuestros pasteles, nuestro pan de banano (el cual preparo desde hace 20 años) o el de zanahoria. De hecho, he querido entrar en bazares, pero no es muy factible por mis productos, pues estos caducan rápido.
Digo que quiero todo esto a largo plazo porque a veces uno se pone metas que no son realistas, pues hay bastante competencia. Lastimosamente, en mi industria, hay personas que no tienen la preparación para hacer los pasteles y los venden muy baratos, ya que no están hechos con técnica (no lo digo con mala intención).
Justamente esa fue mi principal motivación para estudiar durante 5 años: no quería hacer cualquier producto. Espero que en un tiempo la gente pueda reconocer lo laborioso y artístico que es lo que uno hace. No se trata nada más de hornear un pastel, sino de dedicarse a ello de corazón. Sé que la pastelería artística es difícil porque uno no cobra solo unos centavos, pero espero ver esa meta cumplida en unos años.
Y por supuesto, también quiero seguir mejorando. Ahora, veo las fotos de los pasteles que les hacía a mis hijos y… da risa verlas [se ríe]. Pero me digo: “Cómo empezamos con esa ilusión de querer decorar un pastel y hacerlo sin técnica ni nada, como un ama de casa que agarra una caja del supermercado y prepara una mezcla; y ahora lo hacemos con la preparación que hemos recibido con chefs de renombre”.
Asimismo, como les he comentado a mis hijos, mi otra meta es tener un lugar donde pueda dar clases o pequeños cursos. Quiero enseñar lo poco que yo sé de repostería.
P: En estos años que llevas en tu negocio, ¿hubo algún momento en que sentiste que ibas a arrojar la toalla? De ser así, ¿qué te motivó a seguir adelante?
R: Cuando estaba empezando la carrera de Panadería, yo tenía recursos económicos muy limitados. Lo empecé como medio de desahogo por la situación familiar que atravesaba. Digamos que fue más una terapia ocupacional. Sin embargo, el chef que impartía el curso me dijo: “Sigue, sigue en Repostería Internacional, verás que tendrás éxito, tienes el don”. Él era un gran maestro y una gran persona (aún sigue dando clases) y le agradezco mucho por todo. Ese fue el primer empujón que recibí para comenzar con este negocio.
Ahora bien, cuando fui a registrarme a la carrera, fueron muy claros conmigo desde el principio: “Las carreras más caras acá son Gastronomía y Repostería Internacional”. Entonces pensé: “¿Cómo voy a seguir?”. Yo quería hacerlo porque me gustaba, pero sentía que no iba a poder por los recursos. Ese fue mi primer tropiezo.
Sin embargo, mis hijos, quienes ya habían empezado a trabajar, fueron mi apoyo. Me dijeron: “Hazlo, tú puedes, ya veremos cómo salir adelante”. Casi a media carrera, cuando a uno le empiezan a pedir de todo, pensé que tendría que abandonarla, pero logré seguir y hasta salí abanderada. Definitivamente, fue un logro dedicado a mis hijos.
Ya al empezar mi negocio, el obstáculo que se me puso enfrente fue la competencia. Yo aún veo reposteras muy buenas y que cobran su trabajo por lo que vale. Pero, lo que a veces nos bota el ánimo a quienes trabajamos con esmero es ver que hay personas que prefieren el precio sobre la calidad.
Hay que perseverar y amar lo que uno hace.
Por ejemplo, una amiga me refirió a una clienta, así que fui con esta última para mostrarle mi trabajo. Le llevé un pastel de boda en miniatura. Lo probó y en ese mismo momento me contrató. Después, cuando nos juntamos, me dijo: “Antes de trabajar contigo, fui con un señor que me dijo que era repostero y me llevó un pastel muy mal hecho. Cuando lo partimos, el pastel estaba quemado”.
Al principio, esas situaciones en que se elige el precio sobre la calidad me mataron. Yo me decía: “No, ya no vale la pena”. Ya no quería seguir el negocio. Un amigo, quien no vive en Guatemala, me dijo: “Sigue adelante, tú sabes lo que haces, cómo hacer que tu pastel se vea y sepa bien. Si las personas te dicen que no, ahí ellas. No por eso vas a dejar tu trabajo o hacer uno mediocre”.
P: Es admirable cómo tus hijos te han motivado y cómo has logrado salir adelante, Abbie. Para terminar con la entrevista, ¿tienes algún consejo para quienes estén empezando un negocio o quieren hacerlo?
R: A mí lo que me ha funcionado es repetirme todos los días: “Haz bien tu trabajo sin importar la cantidad de clientes que tengas ahora. Si lo haces bien, siéntete satisfecha con ello y poco a poco vendrán los clientes correctos”. Yo creo que si algo es para ti, llegará en el momento y tiempo adecuado. Por supuesto, para ello hay que tener perseverancia.
Asimismo, es importante juntarse con personas positivas. Cuando uno empieza, va picando piedra poco a poco para abrirse camino. En ese caso, es bueno tener personas que lo motiven a uno o lo ayuden a picar esa piedra.
Finalmente, hay que amar lo que uno hace, sin importar las circunstancias. Venga lo que venga, sean cien clientes o solo cinco, hay que seguir haciendo el trabajo que uno tiene o quiere sin bajar calidad ni desesperarse.
Al igual que la elaboración de un pastel, el camino hacia el éxito es muy largo. Abbie lo ha comprobado, pues en todos estos años se ha enfrentado a varios obstáculos. Sin embargo, su amor por el trabajo y el apoyo de sus seres queridos le han permitido seguir adelante para ofrecer productos de calidad a sus clientes.
La historia de esta mujer demuestra que ninguna adversidad es imposible de superar. Aunque a veces un sueño demore en volverse realidad (como los pétalos de fondant que tardan en secarse), con paciencia y perseverancia puede ser parte de una verdadera obra de arte.
Si vives en Guatemala y estás pensando en adquirir un pastel muy especial para tu próxima celebración, puedes contactar a Avi Diseño de Pasteles. No dudes de que te atenderán con toda la dedicación posible.
Cada semana, destacamos una empresa de Guatemala, en el marco del Plan de Digitalización MIPYME, cuya trayectoria, logros y experiencia son una inspiración para todos nosotros. Es un honor y un privilegio poder acercar estas grandes historias y aprender de ellas.