La cocina es todo un laboratorio. ¿Acaso nunca has intentado crear algún platillo o agregarle tu toque especial a uno ya existente? Lo más seguro es que sí, pues, tal como demuestran varios estudios psicológicos, el ser humano es curioso por naturaleza y, en casi todo aspecto de la vida, busca siempre probar algo nuevo.
Tomando eso en cuenta, no resulta extraño ver una infinidad de recetas o lugares que ofrecen alguna alternativa culinaria. Claro que, en la mayoría de casos, esas opciones son platillos que degustas un momento y luego ya no puedes volver a saborear (salvo que visites de nuevo el local).
¿Y si te dijéramos que hay una empresa que te ofrece un producto distinto, el cual puedes llevarte a casa para que lo agregues a tus propias recetas? Se trata de Productos El Taller de Marlen, nuestra empresa destacada del Plan de Digitalización MIPYME en Guatemala.
La fundadora de este proyecto, Karen Gálvez, tiene una década de experiencia en la gastronomía. Ella nos regaló un poco de su tiempo para contarnos más acerca de sus innovadores artículos, los cuales prometen darle una experiencia distinta y especial a tu paladar.
PREGUNTA: Gracias por atendernos, Karen. Para empezar, ¿podrías contarles a nuestros lectores cómo empezó tu empresa?
RESPUESTA: Tenemos más de diez años de estar en la gastronomía guatemalteca. En 2009, éramos una pequeña empresa de banquetes y catering que preparaba comida y servía a domicilio en banquetes. Digamos que ofrecíamos todo lo que incluyera un plan de alimentación.
Gracias a Dios, poco a poco fuimos evolucionando. En el 2017, empezamos a preparar nuestros propios productos: conservas, salsas, aderezos, recados, salsas picantes y spread de queso crema. Este cambio ocurrió debido a la demanda de los clientes. Cuando servíamos la comida, ellos nos preguntaban si vendíamos los artículos en envases, ya que estaban deliciosos.
Actualmente, ya estamos en diez tiendas de artesanías pequeñas dentro de la capital y Antigua. Además, comercializamos en bazares.
Nosotros diseñamos sabores para cada paladar diferente.
P: Muchas gracias, Karen, es interesante la evolución que han tenido. Ya que hablas de «nosotros», nos surge una duda: ¿tu empresa es familiar?
R: Sí, mi esposo y yo la iniciamos. Hasta el momento, seguimos juntos en ella como socios, además de mi hija.
Asimismo, trabajamos con tres personas fijas: un mensajero, una secretaria de ventas y una encargada de producción o logística. Y claro, contratamos personal temporal para producciones muy grandes.
P: Sin duda, son todo un equipo. Por cierto, nos llama la atención el nombre de tu empresa. ¿Por qué decidieron ponerle “El Taller de Marlen”?
R: Le pusimos así porque, si vienen a nuestra planta de producción, prácticamente encontrarán un taller. Nosotros no lo tomamos como cocina, sino como el diseño de sabores para cada paladar diferente. Nos encanta hasta hacer pruebas. Somos unos talleristas.
P: Claro, tiene mucho sentido, Karen, muy ingenioso. Hablando un poco de publicidad, ¿tienen redes sociales para promocionar el negocio?
R: Sí, nos encuentran en Instagram, Facebook y nuestra página web.
P: ¿Nos podrías contar qué tipo de publicaciones o estrategias utilizan en esas plataformas?
R: Aparte de los posts y las historias, tratamos de compartir recetas en Instagram y Facebook. Primero, para darles a conocer a las personas cómo pueden usar nuestros productos, ya que estos son bastante versátiles. Segundo, la misma gente pide que uno le enseñe a hacerlo.
Por ejemplo, contamos con aderezos que sirven para carne, pollo, vegetales (crudos o cocidos), ensaladas, etc. Entonces, mostramos a nuestros seguidores cómo los pueden utilizar. Con cada frasco de producto, pueden preparar de diez recetas en adelante.
Nuestra vida es cocinar para satisfacer diferentes paladares.
P: ¿Tienes en mente, en corto o mediano plazo, implementar algún otro tipo de estrategia de marketing?
R: Sí, entre mis intenciones está impartir talleres gratuitos de cocina en centros comerciales o hacer lives en Facebook.
P: Imaginamos que, antes de fundar tu empresa, tuviste un trabajo. ¿Qué diferencias has sentido entre ser una empleada y tener tu propio negocio?
R: No ha sido nada fácil el camino, porque uno está acostumbrado a depender económicamente de alguien. Uno como empleado muchas veces se va a trabajar y no sabe (o no se da cuenta) si el jefe tiene dinero para pagarle. Solo espera la quincena o el fin de mes y, casi seguro, ahí estará su sueldo.
Pero, hay desventajas. Cuando hay recortes de personal porque la empresa ya no está funcionando, se vive con el temor de: “¿Y si esta vez me toca a mí? ¿Y si esta vez me voy yo?”.
Cuando mi esposo y yo decidimos emprender y dejar el trabajo, fue difícil. Ahí nos dimos cuenta de la otra cara de la moneda. Me percaté de que ahora era yo quien tenía que ver cómo suplía nuestros sueldos. Teníamos que ver cómo llevar el sustento a nuestro hogar.
Eso representó dos caminos: continuar o darnos por vencidos. Sin embargo, si estás bien aferrado a tu sueño, vas a luchar por alcanzarlo día con día y llegar a tener un poco más a través de tu esfuerzo. A estas alturas del partido puedo decir que ha sido una experiencia muy satisfactoria.
A lo largo de estos casi once años, hemos tenido altas y bajas, pero sabemos hacia dónde vamos y a dónde queremos llegar, solo es cuestión de aferrarse. Yo sé que aquí no me van a despedir. Claro, eso no significa que debo bajar la guardia. Al contrario, cada día debo luchar más, pues hay competidores. Tengo que buscar diferentes maneras de vender, de alcanzar el sueño, no desistir.
P: Es admirable que sigan vigentes en el mercado durante tanto tiempo. ¿Cuál consideras que es tu principal motivación para no darte por vencida en esos momentos difíciles?
R: El amor a lo que hacemos. Cuando hemos pasado por esas situaciones difíciles, a veces uno desfallece, pero de repente se da cuenta de cuánto ha avanzado. En mi caso, veo cuánto vale mi producto, el trabajo que nosotros realizamos. Ahí empiezan a surgir nuevas ideas, nuevas estrategias en la cabeza que no me dejan caer. Entonces, empezamos a luchar otra vez.
Esos son nuestros motores: el amor y la pasión con la que hacemos lo que nos gusta.
P: Por lo que nos has contado, tu empresa ha crecido desde el 2009. ¿Cuál consideras que ha sido el secreto de ese crecimiento?
R: Primero, creer en Dios. Nos hemos puesto en manos de Él desde que iniciamos y hasta el momento no nos ha faltado nada.
A parte de ello, están la persistencia y el amor a lo que hacemos. Tratamos de trabajar con excelencia, no entregar un producto a medias o que esté mal hecho, sino esforzarnos para que todo salga de la mejor manera. Sabemos que esa es la base y eso nos permitirá seguir adelante.
P: Esas son palabras inspiradoras, Karen. Ahora, ¿podrías decirles a nuestros lectores qué diferencia a tu empresa de la competencia? ¿Qué tienen de especial tus productos?
R: En la actualidad, hay bastantes productos naturales. Uno puede encontrarlos en todas partes, pues la industria ya creció. Pero, considero que nuestro sabor nos hace diferentes.
Los sabores que tenemos son bastante fuertes y la gente puede elaborar, como mencioné, de diez recetas en adelante con cada uno de los productos. Algunos vienen crudos, otros cocinados. En cualquier caso, tienen aproximadamente un año de vida, sin necesidad de algún preservante o colorante artificial. O sea, es totalmente natural y tiene todos esos beneficios.
P: ¿Nos podrías contar, a grandes rasgos, cómo es el proceso de elaboración de estos productos? ¿Qué tan difícil es prepararlos?
R: Ya que por el momento somos pocas personas, nos lleva tiempo, sobre todo porque cuando uno es emprendedor también se acostumbra a trabajar horas extra.
El proceso inicia desde que compramos el envasado y lo esterilizamos. Luego, adquirimos los vegetales y demás ingredientes, los cuales tratamos de que sean frescos. En el mismo día, preparamos el producto para que no pierdan su frescura y procedemos a fabricar los aderezos. Posteriormente, toca el envasado.
En días siguientes, se realiza el etiquetado, el sellado y la decoración del frasco (los envases son muy bonitos). Por último, procedemos al almacenaje y, conforme ingresan los pedidos, vamos coordinando la entrega. En este aspecto, trabajamos solo con mensajero, con entrega directa y venta en la página. De estas formas, vamos surtiendo el producto también a las tiendas.
P: Gracias, Karen. Ya nos has hablado del presente y del pasado de El Taller de Marlen. ¿Podrías darnos ahora una predicción de tu empresa? ¿Cómo la ves dentro de unos años?
R: Nuestra visión es, en unos años, poder entrar a las tiendas de consumo masivo, ya que ahora estamos en tiendas pequeñas. El trámite de los registros nos ha impedido alcanzarlo, pero ya estamos en la última fase, así que la meta está cerca.
Después, queremos tener una sala de ventas más grande en la capital. Hoy contamos con una, pero es pequeña y está en un municipio de la ciudad.
Además, como una meta a mediano plazo, pensamos exportar productos. La idea es llevar nuestros sabores a los paladares de personas en el extranjero, sean guatemaltecas o de otra nacionalidad.
P: Para terminar, Karen, ¿podrías darles algún consejo a nuestros lectores, en especial a quienes son emprendedores o están pensando en fundar su propia empresa?
R: Que sigan adelante. Muchas veces tenemos miedo a comenzar y ese, creo, es el mayor obstáculo. Pero cuando se supera ese tope, la vida se mira mucho mejor.
A parte de eso, el verdadero comienzo es cuando vienen las dificultades. Uno quiere desfallecer, ver hacia atrás, correr y regresar a su empleo. Y no, esa no es la salida. De lo contrario, jamás tendrán algo por lo cual sentirse satisfechos, la oportunidad de disfrutar que la gente ame sus productos o servicios. Leer o escuchar comentarios de ese tipo es una satisfacción que ningún empleo les va a dar.
Sigan adelante, la vida es de retos. Aunque cada reto representa una responsabilidad mayor, todos somos capaces. Dios nos ha dado la capacidad para luchar por nuestros propios sueños.
Aquella pequeña empresa que servía comida en eventos decidió atreverse a más. Lo que pareció quizá un experimento se ha convertido en todo un taller que busca día a día llegar al paladar de la gente.
Esos años en la industria de catering le dieron a Karen bastante experiencia en la preparación de alimentos. Ella sabe que, para obtener un buen producto, es necesario contar con los mejores ingredientes. Claro que, ahí no acaba. ¿De qué sirve tener todo el material si no se puede crear una obra de arte? ¡En El Taller de Marlen sí que pueden!
Pese a que los obstáculos no faltan, Karen y su equipo se niegan a siquiera mirar para atrás. Como esta emprendedora dijo, saben qué quieren y qué dirección deben seguir para lograrlo. Sin duda, conseguirán preparar el aderezo con el mejor sabor: el del éxito.
Cada semana, destacamos una empresa de Guatemala, en el marco del Plan de Digitalización MIPYME, cuya trayectoria, logros y experiencia son una inspiración para todos nosotros. Es un honor y un privilegio poder acercar estas grandes historias y aprender de ellas.